Mi Esperanza está en Tí

El Salmista decía, y yo, como hijo del Carpintero, lo repito:
"¿Y ahora Señor, que esperaré? Mi esperanza está en tí." Sal. 39:7

Fuimos creados para andar en perfecta armonía con Dios, pero, le dimos la espalda. Decidimos hacer las cosas a nuestra manera, y en nuestro orgullo, pensamos que la nuestra es mejor que la de Dios, y por eso, pagamos el precio de nuestra necedad. La mayor necesidad del hombre es ser perdonado y limpiado de su pecado, y reconciliarse con Dios. Necesitamos un corazón nuevo, y eso es lo que Dios ofrece en Jesucristo. ¡Dios es poderoso para cambiarnos! Esperanza gloriosa, nuestro cambio servirá para cambiar a otros; empezamos a cambiar el mundo. Si cambio yo, mi familia cambia, cambia mi vecindario, cambia mi ciudad, cambia mi país, cambia mi nación.

Tenemos una esperanza aún mayor, porque Cristo prometió que vendría otra vez. No sabemos cuándo, pero sabemos que cuando venga habrá un nuevo orden de justicia y paz para el mundo. La paz ha sido tratada a través de todas las épocas del hombre; y en este tiempo más que nunca. Conferencias y reuniones de paz se celebran continuamente sin un resultado positivo. Los rumores de guerra no cesan, y al presente se oyen con gran estruendo, los conflictos entre Estados Unidos, Iraq y Corea del Norte. Solo nos queda clamar al Carpintero de Galilea para que, no importando lo que suceda, su paz sea manifestada en el corazón de cada hombre. La Escritura nos enseña que la paz y seguridad no tendrán su culminación hasta que Jesucristo, el Príncipe de Paz, venga, gobierne y reine en este mundo.

El mundo no lo es todo … un día, cada uno ha de morir, e iremos a la eternidad, al cielo o al infierno. Jesús compró nuestra salvación con su propia sangre para que estemos siempre con ÉL. Por nosotros mismos, nunca obtendremos el derecho de ir al cielo. Cristo hizo por nosotros lo que jamás nosotros podremos hacer y mediante la fe y confianza en Él, tenemos la esperanza gloriosa de vivir con Él por toda la eternidad.

En este mundo hay dolor y angustia, pero está la esperanza de que un día, eso terminará para los que han dicho SÍ a Cristo. La Biblia dice: "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" Apocalipsis 21:4.

¿AHORA SEÑOR, QUÉ ESPERAMOS? ¡NUESTRA ESPERANZA ESTÁ EN TÍ!

 

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