Deléitate en el Señor
Nosotros
los humanos necesitamos sentir unas satisfacciones que
sirvan para establecer un balance con las presiones,
cargas y situaciones, algunas bastante interesantes, que
se nos presentan a todos en el ajetreo del diario vivir.
Como seres, egocéntricos por naturaleza, algunos se
obsesionan de tal manera buscando llenar el vacío que
produce tal necesidad, que no se detienen a evaluar con
sensatez y prudencia, para optar por aquello que pudiera
ofrecer los mayores beneficios; sólo los mueve su propio
bienestar, aunque éste sea pasajero, no considerando las
posibles consecuencias que su mala decisión les podría
acarrear. Se recurre a escoger entre tantas alternativas
que el mundo ofrece, la mayoría de las cuales dejan una
estela de sinsabores y efectos secundarios, dependiendo
de cual haya sido su naturaleza y el móvil para
alcanzarlo. O sea, que el deleite cuesta un precio y a
veces es bastante alto, no solamente en términos
financieros, sino emocional, moral, físico y espiritual,
y esto a nivel personal, familiar y social.
Nuestro
Creador, en su infinita sabiduría, nos hizo de esa
manera con un propósito: Que la criatura hiciera de su
Creador la fuente de su bienestar, la plenitud de sus
satisfacciones, la provisión para todas sus
necesidades. Es la única manera en que podemos
disfrutar y sentirnos real y completamente satisfechos.
Es
ese el deleite que en vez de cobrar, paga; no cuesta un
centavo y produce dividendos. Es el único que es
permanente y satisface hasta saciar lo más profundo de
tu ser. No te produce tristeza, ni deja huellas
negativas que empañen la experiencia. Es el deleite
sublime que experimentamos cuando nos acercamos a la
fuente del verdadero gozo, Jesús de Nazaret, el dador
de la vida, quien vino a amistarnos con Dios para que
nos gocemos en Él eternamente.
"Serán completamente
saciados de la grosura de tu casa, y tú les darás de
beber del torrente de tus delicias. Porque contigo está
el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz"
(Salmo 36:8-9)
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SALMO16:5-6
Jehová es la
porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.
Las
cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa
la heredad que me ha tocado.
SALMO 16:11
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia
hay plenitud
de gozo, delicias a tu diestra para siempre.
SALMO 37:4
Deléitate asimismo en Jehová,
y El te concederá las peticiones de tu corazón.
SALMO 34:8
Gustad y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre
que confía en El.
SALMO 112:1
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová,
y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
PROVERBIOS 3:17
Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus
veredas paz.
SALMO 33:21
Por tanto, en El se alegrará nuestro corazón,
porque en su santo nombre hemos confiado.
SALMO 40:16
Gócense y alégrense en Tí todos los que te
buscan, y digan
siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.
SALMO 9:2
Me alegraré y me regocijaré en Tí; cantaré a
tu nombre, oh Altísimo.
JOEL 2:23
Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos
en
Jehová vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y
hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía
como al principio.
SALMO149:2
Alégrese Israel en su Hacedor;los hijos de Sion
se gocen en su Rey.
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