Humildad
¡Nos
cuesta tanto, en ocasiones, ser tan humildes como Dios
quiere que seamos! ¡Son tantas las áreas y tantas las
formas en que se debe de manifestar la humildad; y nos
topamos con tantas situaciones innecesarias por no
siempre ceñirnos a ella! Aprendamos del Maestro, quien
ha sido siempre la humildad personificada, dándonos
ejemplo para que lo imitemos, y podamos así ser
receptores de tantas bendiciones que Dios tiene para los
que le obedecen.
Nos
gusta tanto defender nuestros derechos, nos jactamos en
tantas ocasiones de nuestros talentos y conocimientos y
hasta de los títulos que hemos obtenido, por la
misericordia de Dios, considerándonos más altos que
los demás. ¿Cuántas veces menosprecias a otro por
raza, color, status social, preparación académica,
etc. considerándote a tí mismo superior a todos? ¿En
cuántas ocasiones le das rienda a tu soberbia y altivez
porque te consideras intocable? ¿A cuántos tratas de
manejar a tu antojo porque te crees dueño y señor?
"El
hombre, como la hierba son sus días; florece como la
flor del campo, que pasó el viento por ella, y
pereció, y su lugar no la conocerá más." (Salmo
103:15-16) El hombre es como sombra; nuestra vida es
neblina que se aparece por un tiempo y luego se
desvanece. ¿De qué nos jactamos? Todo lo que somos,
todo lo que tenemos, se lo debemos a un Dios de
misericordia que todo nos lo da sin merecerlo. "Sepa
yo cuán frágil soy" (Salmo 39:4)
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MATEO 11:29-30
Llevad mi yugo
sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso
para vuestras almas;
Porque mi yugo es fácil y ligera mi
carga.
MATEO 18:3-4
Y dijo: De cierto os digo, que si no
os volvéis y os hacéis como niños,
no
entraréis en el reino de los cielos.
Así que, cualquiera que se humille
como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
FILIPENSES 2:3-8
Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con
humildad,
estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo.
No mirando cada uno por lo suyo
propio,
sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues,
en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo JESUS,
el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como
cosa a qué aferrarse,
Sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres;
Y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
ISAIAS 53:7
Angustiado El, y afligido,
no abrió
su boca; como
cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante
de sus trasquiladores,
enmudeció y no abrió su boca.
ROMANOS 12:3
Digo, pues, por la gracia que me es
dada, a cada cual
que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto
de sí que el que debe tener,
sino que piense de
sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió
a cada uno.
EFESIOS 9:1-3
Yo, pues, preso en el Señor,os
ruego que andéis como es digno de
la
vocación con que fuisteis llamados,
Con toda
humildad y
mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros
en amor, Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
1 PEDRO 5:5
Igualmente,
jóvenes, estad sujetos a
los ancianos;
y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad,
porque:
Dios resiste a los soberbios,y da gracia a los humildes.
PROVERBIOS 15:33
El temor de Jehová es enseñanza de
sabiduría;
y a la honra precede la
humildad.
PROVERBIOS 22:4
Riquezas, honra y vida
son la remuneración
de la humildad y del temor de Jehová.
ISAIAS 57:15
Porque
así dijo el Alto y Sublime, el que habita la
eternidad,
y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad,
y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer espíritu
de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
SALMO 51:17
Los sacrificios de Dios son el
espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios.
ISAIAS 66:2
Mi mano hizo todas
estas cosas, y
así todas estas cosas fueron, dice
Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de
espíritu,y que
tiembla a mi palabra.
2 CORINTIOS 12:9-10
Y me ha dicho: Bástate mi gracia,
porque mi poder se perfecciona en
la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré
mas bien en mis
debilidades,
para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me
gozo en las debilidades,
en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias;
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
MATEO 5:3
Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos.
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