ARCHIVO de Realidades 2007

 

El Origen de la Riqueza

Especialmente en Navidad y conforme a la tradición, se hacen intercambios de regalos como elemento propio de esa festividad. ¿Será esta práctica tan genuina y honesta como para sentir el gozo de dar, o se recurre a ella por costumbre y, más bien, como una obligación impuesta por la tradición? ¿Serán nuestros niños instruidos debidamente para que, en vez de esperar recibir, entiendan que el verdadero gozo resulta de la generosidad, de aprender a dar sin esperar algo a cambio?

Si miramos a Jesús como el regalo de Dios a la humanidad, el más valioso regalo cuyo precio es incalculable, y el cual nos convierte en los seres más ricos del mundo cuando lo recibimos, tenemos que llegar a la conclusión que el principio de la riqueza es… DAR. “Dios dio a su Hijo, a su Único …”

Jesús, siendo rico se hizo pobre, para que nosotros, con su pobreza,  fuésemos enriquecidos. 2 Corintios 8:9

¿Consideramos el dar un privilegio? ¿Realmente nos gozamos más en dar que en recibir? Si carecemos de bienes materiales pero somo ricos en generosidad, seremos bendecidos con un tesoro sin límite… el gozo liberador que surge del DAR.

Como la intención de recibir no es parte del gesto generoso, el resultado natural es la bendición de parte de Dios, de la forma que sea, porque Dios bendice al que da con alegría. “Esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” 2 Corintios 9:6.

 “Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” 2 Cor. 10-11

Por: Zaida C. de Ramón

Diciembre 2007

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Dime lo que Hablas

¿Cuántas veces se te ha acercado alguien con la intención de ponerte al tanto de alguna confidencia que ha recibido? Y, para tranquilizar en algo su conciencia, antes de compartir lo que no le pertenece, te dice: “Esto, entre tú y yo; que no se entere fulana/o que yo te lo he dicho.”

Oye, ¿eres lo suficientemente valiente e íntegro/a como para darle a tal chismoso/a la lección que se merece, ripostándole antes que su lengua se desate, que tú no tienes derecho alguno de escuchar lo que no es de tu incumbencia?  Enséñale, con tu actitud, a usar la discreción propia de gente honesta y confiable. “El que anda en chismes descubre el secreto; mas el de espíritu fiel lo guarda todo.” Prov. 11:13.

¿Sabes? El comportamiento de tal persona te está advirtiendo que cualquier asunto que tú le confíes, lo publicará igualmente. Hay quien está tan acostumbrada/o a murmurar de todos, que ni sus más cercanos se salvan. Imagínate, si aún los asuntos de su propia familia los vocifera, ¡Cuánto más los tuyos!

Dice en la Epístola del apóstol Santiago (3:1-12) que nadie puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. “El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.” Proverbios 11:12.

La sociedad se puede dividir en 3 categorías en lo que a conversación se refiere:

  1. Sabios: Comparten ideas y pensamientos de altura. Hablan lo que edifica; sus palabras son medicina.

  2. Comunes y corrientes: Sus temas son los acontecimientos y cosas vanas y triviales.

  3. Necios, mediocres y de mente estrecha:  Se deleitan en hablar del prójimo. Sacan por la boca lo que llevan guardado por dentro, casi siempre... por envidia.

¡Cuánto tiempo se malgasta compartiendo malas intenciones, necedades e ignorancias, cuando hay tanto de valor para comunicar! ¡Que lo digan las compañías telefónicas! “Los sabios hablan porque tienen algo que decir; los necios hablan porque tienen que decir algo.” (Platón)

Dime lo que hablas y te diré quién eres …

"La boca de los sabios esparce sabiduría;
no así el corazón de los necios."

"El corazón entendido busca la sabiduría;
mas la boca de los necios se alimenta de necedades."
Proverbios 15:7,14

"Los caminos de la sabiduría son caminos deleitosos,
y todas sus veredas, Paz.  Ella es árbol de vida a los
que de  ella echan mano,  y  bienaventurados son los
que la retienen."
Proverbios 3:17-18.

Por: Zaida C. de Ramón

Noviembre 2007

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Vida Diáfana y Transparente

¡Cuánta paz y gozo supone el ser transparente! ¡Qué bien uno/a se siente cuando no tiene nada que ocultar, cuando vive la vida de cara al sol! El moverse de manera natural haciendo las cosas debidamente, sin engaños ni subterfugios, sin esconderse en cuartos oscuros por temor a ser sorprendido/a,  teniendo la verdad como fundamento de vida… nos da una libertad tan plena y placentera que, si lo fuéramos a describir con palabras sería sumamente difícil y, con todo el esfuerzo que pudiéramos hacer para tratar de lograrlo, nos quedaríamos cortos y no le haríamos justicia alguna a la realidad de lo que sentimos. ¡No hay oro en el mundo que pueda comprar TAL bienestar por decidir andar en la verdad!

Podemos comprender a los que se van en contra de la corriente, menospreciando el valor de las bendiciones en sus vidas y sucumbiendo a la tentación de darle un toque de placer morboso a su rutina diaria. Simplemente, el vacío interno que con nada pueden llenar, los lleva de intento en intento, logrando con eso hacer de ese vacío uno, cada vez más profundo. Es natural que así sea pues no han conocido la luz; si la hubieran conocido otra sería su historia, la más bella y hermosa historia “escrita, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios, no en piedra ni en papel, sino,  en las páginas de su corazón, las cuales serían conocidas y leídas por todos los hombres.” (2 Corintios 3:2-3)

Pretendo crear, por lo menos, cierta curiosidad en aquellos que, por la razón que sea y lo cual no me concierne siquiera tratar de inquirir sobre ello, no se han dispuesto a encaminar sus pasos por la senda más segura, gratificante y verdaderamente emocionante… la senda de la VERDAD. El decidir vivir en la pureza de la verdad es honrar al que es la Verdad, resultando en el más hermoso beneficio enviado desde el cielo para los rectos e íntegros, la Libertad. Es la verdad lo que nos hace libres. Jamás los que consideran el engaño podrán disfrutar de TAL bendición.

Decidamos disfrutar el resto de nuestros días de manera diáfana, cristalina y transparente, siendo verticales y de una sola pieza, lo que ha de redundar en una vida abundante y plena, llena de Libertad y de Paz. “El fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando lo que es agradable al Señor.” Efesios 5:9-10.

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
 Juan 8:32,36.

Por: Zaida C. de Ramón

Octubre 2007

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Señor, comienza en mí

¡Cuánto anhelamos traer a nuestras vidas, cambios que redunden en satisfacciones, que hagan desaparecer los sinsabores y desilusiones y que garanticen un bienestar interior que permanezca! Todos anhelamos vivir en paz; a nadie le gusta vivir en un ambiente de hostilidad y altercados inútiles, pero mientras esperemos que sean las personas y/o las circunstancias las que cambien, jamás podremos disfrutar de aquello que nuestra alma anhela y necesita, jamás veremos brillar la luz en nuestro espíritu.

En un ambiente de quejas y murmuraciones, propio y característico de la sociedad actual a la cual pertenecemos, y tratando de involucrar y hacer responsables a los demás por las desgracias y pesares propios, es imposible alcanzar ese bienestar que es vital… Vital, porque en eso nos va la vida. Si reconocemos que la salida a esa encrucijada no está allá, sino acá, estaremos avanzando para obtener el triunfo que, sin lugar a dudas, hará la gran ansiada diferencia. ¿Cuántos, en vez de vivir culpando a los demás por sus desgracias descubren que, no es lo que otros me hayan hecho, sino, lo que pueda haber hecho yo?

No es asunto de erigir un escenario de tribunal esperando que a una parte se le declare inocente y a la otra culpable. Todo se resume a que, cada cual es responsable por sus propios actos y, no sólo responsable por lo que hacemos y/o dejamos de hacer sino, por las consecuencias que pudieran seguir... Eso es lo que nos debe preocupar más que ninguna otra cosa. ¿Quieres escapar por tu vida y disfrutar de una vida verdaderamente abundante y placentera? Reconoce que, no es señalando a otro por lo que me pudo haber hecho o dejado de hacer a mí, sino, enfrentándome con valentía a mi propio yo, y pedir al Señor que me cambie a mí y no a los demás. Podremos entonces retirarnos a descansar cada noche con un cántico de alegría en nuestros corazones y, en la  mañana, veremos brillar el sol que nos aguarda aunque el resto del mundo y todas las circunstancias continúen siendo igual.

Los que aún están lidiando con tales gigantes están dando palos a ciegas, negándose a sí mismos/as la libertad que tanto su alma ansía, por vivir justificando todo cuanto hacen o dejan de hacer. Si reconocemos nuestros propios errores y creemos que en Jesús hay perdón, disfrutaremos del remanso de paz que supone el estar en amistad con Dios. Es de esa manera que haremos del Arca, nuestro refugio, antes que “el diluvio se desate y se haga, para los que hayan quedado fuera… demasiado tarde.” (Comparación con los días de Noé)

Entiende que la manera de alcanzar la victoria para nuestro ser interior no es conforme a la lógica y razonamiento humano, sino conforme a la sabiduría de Dios. Sus pensamientos no son como los nuestros, por lo que, son los suyos los que resultan.

Por: Zaida C. de Ramón

Septiembre 2007

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Para ti, mujer

¿Te consideras una mujer verdaderamente cristiana que vive para agradar a Dios, sin olvidar que aún estamos pisando tierra? Aunque aún estamos en el mundo, el cual cada día se torna más extraño y difícil de habitar para las que nos hemos acostumbrado al ambiente sano y libre de aberraciones que nos provee la convivencia diaria con el Admirable, todavía estamos en él, lo que nos obliga a guerrear contra costumbres y estilos de vida que se nos quieren imponer. “Esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra FE.” 1 Juan 5:4.

¿Por qué me dirijo especialmente a la mujer en este artículo?  Lo que voy a tratar es una advertencia para la mujer de este tiempo, que, sea o no cristiana, nos atañe a todas, nos guste o no, y/o, le demos o no, la importancia que tiene. Tema no muy bienvenido para algunas, por lo que siempre existe la opción de considerarlo o rechazarlo. Dios nos ha dado libre albedrío para que acatemos su voluntad o hagamos caso omiso de la misma. Optemos por lo primero y seremos partícipes de las bendiciones que El tiene para los que viven para agradarle.

¿Cuáles son los parámetros de los que te vales o las especificaciones que tomas en cuenta, si algunas, cuando sales a comprar la ropa que has de usar en las diferentes ocasiones? Varios factores se consideran y otros se pasan por alto dependiendo de la escala de valores que cada cual haya establecido en las diferentes áreas. Por lo general, una mayoría, no necesariamente en el orden que sigue, toma en cuenta los siguientes factores cuando de comprar ropa se trata: ocasión, precio, marca, calidad, estilo, material, instrucciones de limpieza, lo que está en boga, lo que favorece, gusto, la opinión de otra persona, etc., etc.

Pero, hay un factor que yo considero demasiado importante, y que me duele señalar por ver que aún mujeres que se llaman cristianas, obvian… Esto es, ¿cuánto cubre tal o cual vestimenta, el cuerpo, que es el templo del Espíritu Santo? ¿Cuánto significa para ti el agradar a Dios y dar un testimonio limpio y puro ante todo el que te ve? ¿Cuánta satisfacción supone el presentar al mundo un estilo diferente que resalte el decoro, el pudor, el respeto y valor dado a sí misma, y la verdadera elegancia en el vestir?

Los que se dedican a establecer las modas se han propuesto ignorar la razón de ser de la vestimenta. No importa las nuevas ideas y cambios que deseen implantar al respecto, es imposible que pasen por alto el propósito para el cual la gente usa ropa -simple y sencillamente: para cubrir el cuerpo. Estos personajes, con toda premeditación y alevosía, como diría un abogado, han tergiversado el propósito original, ingeniándoselas para desvestir en vez de vestir.

Estoy consciente que en el comercio, cada día se hace más difícil conseguir ropa que abone a mantener la dignidad y alta estima en la que debemos de permanecer las mujeres que nos apreciamos a sí mismas, pero, también tengo la certeza de que nada ni nadie nos puede obligar a salir de los altos principios que hemos establecido por seguir la corriente de aquellos que carecen de un fundamento seguro. Puedes probarte el más hermoso y elegante vestido el cual te pudiera hacer lucir majestuosa, pero si tu busto no queda completamente cubierto, inmediatamente te debería asaltar el pensamiento: “Yo no me vendo a ningún precio”, y con firme voluntad y férrea determinación, descartar aquello que pudiera suponer una tentación. Es asqueante y produce tristeza el observar estas modas en tantas, cual competencia para adjudicar un premio a la que más enseñe. En épocas pasadas había ciertas atrevidas buscando provocar a los incautos, pero, en este tiempo, es ese el estilo que la mayoría ha adoptado sin recato ni decoro alguno, y esto, en cualquier ocasión y en todo lugar, buscando con dichos estilos estar en “algo” e ignorando que lo contrario es lo que alcanzan… Estar en “NADA.” ¡Es lamentable ver cómo y cuánto se sigue deteriorando la sociedad!

Alerta, mujer cristiana, abre tus ojos y discierne el momento que nos ha tocado vivir; sé prudente y recatada en toda tu manera de conducirte, incluyendo el vestir. No vayas a dañar tu testimonio por seguir el curso tambaleante y cuesta abajo que está destinado para eso que llamamos, mundo. Gózate en ser única y disponte a establecer tus propias reglas fundamentadas en el mejor código de ética existente, el cual impide que te alcancen las influencias de personas sin escrúpulos, para los que tú no cuentas, pues lo que persiguen  es lucrarse para su propio beneficio. Aquellas que se han dejado arrastrar, se han proclamado amigas del mundo, y aunque intenten ignorarlo y/o se nieguen a aceptarlo, se han constituido en enemigas de Dios. Santiago 4:4. ¡Cosa triste y alarmente para las  que se consideran, hijas de Dios! “El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” 1 Juan 2:17.

Por: Zaida C. de Ramón

Agosto 2007

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¡En VICTORIA!

¿Qué se entiende por éxito? ¿Qué es el triunfo? ¿Qué significa victoria? Para algunos, eso lo determina el dinero que se posee o los títulos académicos que se han obtenido, el círculo social en que se mueven, el vecindario donde viven, o el automóvil del año que usan cada día. Muchos catalogan de victorioso a aquél que nunca ha fallado, el que jamás ha perdido una, aquél cuyos errores en la vida no han sido extraordinarios, el que ha aparentado estar siempre en las alturas. Nada más lejos de la verdad… Tales conceptos son producto de mentes vanas, carentes de un orden de verdaderos valores en su filosofía de vida. El que así piensa no ha conocido la victoria.

Nadie puede proclamarse victorioso si no ha vivido la experiencia de estar al frente de una batalla. Ha conseguido el éxito, la persona que ha conocido el fracaso, aquel que ha dado un paso hacia adelante y dos para atrás, el que se ha visto al borde de la catástrofe, quien ha salido de las tinieblas, el que ha sufrido, ha llorado, ha padecido, el que conoce la escasez, el que ha sufrido en su carne propia el dolor de una enfermedad o la pérdida de un ser querido, o la destrucción de su hogar, los tristes embates con familiares, o cualquier otra relación interpersonal, etc, etc. PERO… A pesar de su crisis, en medio de su dificultad, llámese como se llame...

NO se ha rendido, NO ha permanecido en el desánimo o inactividad;  ha seguido caminando y confiando; se ha levantado, se ha superado, ha seguido tratando sin desmayar, ha convertido sus errores en lecciones que han provocado en su vida un cambio, ha sabido aprovechar los momentos de sus más férreas y tristes adversidades, convirtiéndolas en oportunidades y usándolas como peldaños para seguir ascendiendo y, por sobre todo, no ha perdido la fe en Quien, en su andar por las sendas más estrechas, y caminos más pedregosos, le ha llevado en sus tiernos y amorosos brazos. ¡Eso es Éxito, eso es Triunfo, eso es Victoria!

“Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de  
Aquél que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni  la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir,

Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios , que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 8:37-39

Por: Zaida C. de Ramón

Julio 2007

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Como el Águila

Me encanta la comparación del cristiano con el águila, tanto que, en una ocasión pensando en esa alegoría, me asaltó la inspiración divina y el resultado fue un hermoso poema el cual ha sido de mucha bendición. Y es que, el águila es de las aves más fuertes y atrevidas que zurca los cielos a unas alturas sumamente elevadas. Cuando percibe que algún huracán se avecina, se prepara, no para salir huyendo atemorizado, sino para elevarse con osadía.

Se dispone a manifestar el poder que le ha sido conferido desde el cielo para, tan pronto se desate el fenómeno meteorológico, traspasarlo sin compasión valiéndose del mismo viento huracanado para subir a las alturas, desafiando de manera asombrosa los embates de la naturaleza.

Es así como actúamos los cristianos cuando a nuestras vidas nos llegan los Euroclidones que "pretenden" acabar con nuestra fe y esperanza; nos dejamos llevar por la fuerza del furioso viento sin hacer resistencia y el resultado es que, al pasar la tempestad, hemos subido a un nivel superior de confianza en el Todopoderoso, quien nos demuestra cada vez, que es Fiel y Verdadero. Salimos perfeccionados, afirmados, fortalecidos, establecidos, y preparados para arreciar con más fuerza al que le siga. A Dios gracias quien nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús…” 2 Corintios 2:14

"El justo por la fe vivirá"... Cree ésto, ponle obra a tu fe, actúa sobre cada promesa y podrás conocer la vida abundante que Jesús vino a dar a todo aquel que en Él cree. Si has pasado toda tu vida en un gallinero creyendo que eres gallina, mirando para abajo en vez de mirar para arriba, cree en esta hora que tú eres águila y no gallina; por lo que, más que exhortarte, te demando en el nombre de Jesús, a que extiendas tus alas que por tanto tiempo han estado escondidas y las extiendas desde el laberinto en que te encuentras, mirando hacia el deslumbrante firmamento y te lances sin temor alguno hacia las alturas donde los tiernos brazos de tu amoroso Padre Celestial te esperan con anhelo. El águila no forma su nido en el suelo sino, en las alturas. ¡Escapa por tu vida!

Recuerda: sin FE es imposible agradar a Dios. Los hijos de Dios que hemos sido justificados por la sangre preciosa de Jesús vivimos por FE, eso que para los incrédulos es locura, pero para nosotros los que creemos es Poder de Dios. ¡Bienaventurados los que creen sin ver!

"Los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán." Isaías 40:31.

Por: Zaida C. de Ramón

Junio 2007

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¿Realmente, tomas a Dios en serio?

Habrá quien se indigne si tal pregunta le fuera formulada y, probablemente contestaría: –"Claro que sí, por supuesto que le tomo en serio. Acepté a Jesucristo como mi Salvador, asisto regularmente a la Iglesia, contribuyo con mis diezmos y ofrendas, y hasta ocupo una posición de liderato en la misma. Mi relación con el Pastor es excelente y acostumbro a acompañarle a visitar enfermos a los hospitales, y a la cárcel a ministrar a los presos. No me pierdo ni un solo campamento de crecimiento o retiro alguno en todo el año. Ah, pertenezco al grupo de alabanza y hasta tengo una parte en el programa de radio y TV …"

Tremendo; mis felicitaciones a todos los que igualmente son tan dispuestos y fieles para con su Iglesia. Todo eso es digno de elogio y admiración. Pero, ¿Acaso te mueve la pasión por las almas, o la necesidad de hacer obras para ganar la salvación de la tuya? ¿Para quién y por qué te esfuerzas,  para Dios y su gloria, o para darte a conocer? ¿A quién te esmeras en exaltar, a Jesús, o a ti mismo/a? ¿Trabajas  para cumplir con Dios, o con los hombres? ¿Asistes a todos los cultos para adorar a Dios, y recibir bendición y bendecir, o buscando escapar de la problemática de tu hogar? ¿Dónde se encuentra  tu refugio, en Dios, o en la Iglesia? ¿Buscas a Dios porque le amas de verdad, o con el propósito de que te resuelva los problemas?

¿Eres tan santo/a en tu casa, entre los tuyos, como lo eres en la Iglesia? ¿Eres tan fiel a tu cónyuge como lo eres al Pastor? ¿Las películas que presentas en tus ministraciones son las que ves en el cine y/o en tu casa? ¿Le hablas a tu esposa/o, a tus hijos, o a tus padres, con el mismo respeto y consideración con que lo haces con tus hermanos en la fe? ¿Consideras la importancia de permanecer en la verdad, o recurres a la mentira de vez en cuando para salir airoso/a de las encrucijadas que se te presentan? Cuando te ofenden, ¿bendices y pasas por alto la ofensa, o buscas la manera de vengarte? ¿Haz aprendido a pedir perdón y a perdonar?

Sin tener la intención de ofender ni exaltar los ánimos de alguno/a, continúo con más interrogantes:

¿Cuánto tiempo dedicas a la oración? ¿Cuánto te preocupas y ocupas para cultivar la más importante de todas las relaciones, la amistad con el Amigo Fiel? ¿Llevas al trono de la gracia tanto tus peticiones como las necesidades de otros? En medio del trajín diario, ¿reconoces tu insuficiencia y necesidad de Dios? ¿Lo tomas en cuenta para tomar decisiones y realizar tus tareas, por importantes o insignificantes que éstas sean? ¿Alabas a Dios y le das gracias cada día en medio de cualquier circunstancia? ¿Ves a Dios en todos tus asuntos, o sólo cuando las cosas te salen bien? ¿Eres un adorador de Dios en espíritu y verdad?

Seamos honestos y enfrentemos con valentía la realidad que hasta ahora habíamos tratado de ignorar. ¿Realmente queremos tomar a Dios tan seriamente como Él nos toma a nosotros? Si este cuestionario ha alterado tu sistema, si te sientes aludido/a en alguna de sus partes, si sientes malestar al descubrir la realidad de tu condición... toma hoy la decisión de cambiar de rumbo y dispón tu voluntad para vivir el tiempo que resta agradando a Dios y no a ti mismo/a.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado …”Gálatas 6:7.
“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” Galatas 5:25. “

“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Por tanto no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu Santo.”  Ef. 5:13-18

Por: Zaida C. de Ramón

Mayo 2007

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No es la Religión, es... una Relación

No es la religión... es una RELACIÓN de amistad con el Todopoderoso Dios, establecida por medio de la fe en su Hijo Jesucristo, lo que liberta, da paz, gozo, renueva el entendimiento y da vista a los ojos espirituales, para poder ver y disfrutar las maravillas que tiene el Creador de todo lo creado para aquellos que le aman. Relación, que jamás por nuestra mente pasó que pudiera ser realidad, una hermosa e indescriptible realidad. Y, ¿sabes qué? no necesitamos de mediadoras ni mediadores para llegar ante su presencia; tenemos libertad para entrar al Lugar Santísimo sólo por la fe en la sangre de Jesucristo,  derramada  en el calvario. Hebreos 10:19. Es JESÚS quien vino a amistarnos con Dios. RomNOS 5:1.

“Cosas que ojo no vio, ni oido oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.” 1 Corintios 2:9

¿Consideras esta afirmación fuera de toda posibilidad, una utopía producto de lunáticos enajenados viviendo en las nubes, fanáticos religiosos que no tienen otro tema para hablar que no sea Dios? Bueno, no me extraña que sea esa la concepción de algunos escépticos e ignorantes al oir o leer sobre eso que ellos, por su incredulidad, se resisten a aceptar. Sólo que, lo crean o no, lo acepten o no, esa es la gran verdad, no una verdad ni nuestra verdad, sino, la VERDAD, manifestada a aquellos que han reconocido su pequeñez, insuficiencia, impotencia, falta de sabiduría y necesidad de Dios en sus vidas... verdad revelada sólo a quienes desean conocerla. Porque la palabra de la cruz, es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios.” 1 Corintios 1:18.

Nunca olvidaré aquel día en que, sin saberlo, ni buscarlo, ni entenderlo, mi corazón se alumbró dejando atrás mi vieja manera de vivir, de pensar y de creer, para hacer la entrada triunfal al mundo de lo, hasta entonces, desconocido, ignorado y tenido por misterio indescifrable e inalcanzable, revelado en ese momento a mi corazón como la única verdad, la que mi alma estaba esperando con anhelo. Había salido de las tinieblas y comenzaba a disfrutar de la luz; la mentira y la hipocresía de la religión, con su tradición, doctrinas de hombres y verdades a medias, se desvaneció cuando conocí la Verdad; mi autosuficiencia se tornó en dependencia absoluta y permanente en el Amigo hasta entonces ignorado… Jesús de Nazaret, el Admirable. ¡Cuán agradecida me siento de mi Dios! Mi alma rebosa de alegría al traer a la memoria tan inolvidable experiencia, la cual, nada ni nadie me podrá jamás, arrebatar, ni opacar, ni hacerme dudar… experiencia de vida, por toda la eternidad.

En ese instante pude ver la diferencia entre la religión y lo que ésta ofrece, y la relación que nació de la fe, el amor y la confianza en el Amor de los amores, el Salvador de mi alma, mi Refugio alto, mi Castillo, mi Escondedero, mi Fortaleza, el Todopoderoso Dios, Admirable, Consejero, Padre Eterno, Dios Fuerte, Príncipe de paz, mi deleite y mi Amigo fiel.

En el mundo sobran los fanáticos del deporte, la política, el cine, la música, las modas, la religión, etc. Todos buscando llenar sus vidas con ídolos de barro sin poder alguno para satisfacer la necesidad interior del ser humano. Pero estamos los que no nos postramos ante ídolo alguno, sea este espiritual, humano o material, no somos fanáticos de nada ni de nadie en este mundo, sino del único Dios que existe, el que dio su vida por todos para librarnos de la condenación eterna ... ¡JESÚS, mi Dios, mi Rey, mi Señor! Somos adoradores del Dios del cielo y de la tierra, con quien mantenemos la más bella, rica, íntima, e importante  relación.

"... Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre TODO nombre, para que en el nombre de JESÚS
se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra,
y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que JESUCRISTO
es el Señor, para gloria de Dios Padre."  Filipenses 2:9-11

A ti también Dios te quiere mostrar y enseñar lo que, hasta ahora, ha permanecido oculto… sólo que le des tu corazón a Aquél que su vida dio por ti, Jesús, el más hermoso de todos los hombres, el señalado entre diez mil.  “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15:13. Recuerda… no es la Religión donde está guardada tu bendición, sino, en una RELACIÓN.

Por: Zaida C. de Ramón

Abril 2007

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No batalles con efectos… Busca la causa

La sociedad se va moviendo cual náufrago a la deriva y cada cual es testigo de los males que están afectando la salud física, emocional, espiritual, política y social, produciendo estragos que están tambaleando y socavando los cimientos que hasta ahora, se consideraban firmes y seguros.

El mundo, con sus atractivas ofertas en tantas áreas, continúa imponiéndose, alargando sus tentáculos para distraer y enajenar a los  inconstantes y débiles de carácter, quienes, se dejan llevar como hoja que sopla el viento, colaborando con su indiferencia, al desastre, al caos y a la crisis social. ¿Qué está sucediendo con la humanidad?

Se está viviendo una rutina considerada normal y natural, aparentemente, en la cual se han estado infiltrando unos estilos que poco a poco la sociedad ha estado acogiendo como normales, sin serlo. Ya no hay valores o moral que valga; estos términos han pasado a ser relativos e interpretados conforme a la conveniencia de cada cual y, ay de aquel que se atreva a contradecir sus pobres y anti-naturales ideas. Ya ni siquiera se toma en cuenta a la razón, ahora todo es pasión, y ésta, en completo desajuste y desenfreno, llevando a sus cautivos a la ceguera que les impide ver y relacionar  las inminentes consecuencias como el producto de sus desvaríos.

Son precisamente tales consecuencias los dolores de cabeza de los gobiernos y las diferentes organizaciones que se esmeran en buscar soluciones. Pero, por más que tratan, estos males se siguen multiplicando, simple y sencillamente, porque están trabajando con efectos, no, con la causa. Hay que erradicar la raíz del mal y eso, solo Dios lo puede lograr. La libertad de espíritu trae la paz y el sosiego; al libertinaje, le sigue el caos y la confusión.

Se cumple lo que está escrito … 

  • “Como en los días de Noé” - Todo parecía normal …
    hasta que vino el diluvio y los destruyó a todos.

  • “Asimismo como sucedió en los días de Lot.”
    - Lo anti-natural estaba tornándose en lo usual …
    un día llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Lucas 17:26-30.

Se aproxima la semana que la tradición suele llamar, “santa”, y las iglesias se llenarán de toda clase de gentes, recordando en ese tiempo que, en el cielo hay un Dios... el Dios que espera que la humanidad vuelva su rostro a El, se humille y reconozca que en sus manos es que está la solución. Pasan esos días y todo vuelve a la rutina de siempre, pero, ¿sabes qué? nuestro amado Padre Celestial continúa con sus brazos extendidos y diciendo a todos y cada uno: “Dame hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.” Prov. 23:26.

“Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ustedes, dice el Señor,
pensamientos de paz, y no de mal, para darles el fin que esperan.

Entonces me invocarán, y vendrán y orarán a mí, y Yo los oiré;
Y me buscarán y me hallarán, porque me buscarán de todo su corazón.

Jeremías 29:11-13

Por: Zaida C. de Ramón

Marzo 2007

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Pero hay Uno que  No cambia

¡Cómo cambian los tiempos! Cada época va desarrollando características propias que la distinguen de las anteriores. La cultura no es la excepción en la evolución que continúa su curso. Las generaciones siguen marcando brechas cada vez más amplias. Y el orden de los valores y principios que va estableciendo la sociedad continúa descendiendo y cada vez más distorsionado. Lo que era malo antes, ahora se tolera, se pasa por alto, y muchos lo toman como bueno. Asimismo, lo que en el pasado era bueno, ya no lo es tanto. “A lo bueno se le llama, malo, y a lo malo, se le llama, bueno.” Lo que antes se hacía a escondidas, ahora se lleva a cabo públicamente, y mientras más público haya, más placer produce. La sociedad careciendo de respeto, de decoro, dignidad e integridad y por sobre todo, de temor de Dios. Es el sello, la marca, y/o el distintivo de la generación de la cual somos parte.

Pero, ¿sabes qué? Dios es el mismo, ayer, hoy y por siempre. Dios NO cambia; en El “no hay mudanza ni sombra de variación.” La revelación de su palabra es siempre … la misma. O sea, que aunque la sociedad vaya degenerándose cada día más y los gobiernos se esmeren en cambiar sus leyes para acomodarlas y adaptarlas a la época actual, la Ley de Dios, soberana y suprema, continúa siendo la misma, aunque a nadie le interese tomarla en cuenta.

Los gobiernos, en el afán de hacer prosélitos para su propia conveniencia y personalísimos intereses, no miran ni les interesa mirar hacia dónde llevan a los pueblos. Se juega con las leyes buscando acomodarlas a las aberraciones que se vive actualmente sin siquiera considerar el fundamento que las origina. ¿Cuánto peso tiene para éstos, el bienestar del hogar y la familia? ¿Cuántos han considerado las posibles consecuencias de un cambio radical en lo que hasta ahora ha sido un muro de contención para toda clase de movimientos que atenten contra la familia y el hogar funcional, natural y normal?

Reitero lo escrito en la Página, “Matrimonio, Institución Divina”:

Ni los gobiernos, ni las leyes sometidas, impulsadas y aprobadas por personas sin temor de Dios, ni grupos que abogan por supuestos derechos, ni nadie, podrá en manera alguna, cambiar ni alterar un ápice la Ley absoluta e inquebrantable de Dios y, por supuesto, tampoco las consecuencias que se acarrean por no obedecerla.

Sobre el alto hay uno MÁS ALTO, y Este es SANTO y SOBERANO en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y a quien, ante sus estatutos, todos tenemos que decir: AMÉN.

Y pensar que la sociedad separa un día, conforme a la tradición, para exaltar aquello de lo que no tienen conocimiento. Con todo este desbarajuste de ideas raras se pretende celebrar el “Día del Amor.” ¿Cómo puede ser este esfuerzo humano efectivo cuando, con tales estilos, se está despreciando al Verdadero Amor, al Amor de los amores?

“El amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. El amor nunca deja de ser.” 1 Corintios 13

Por: Zaida C. de Ramón

Febrero 2007

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Volvamos al Primer AMOR …

“Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” Mateo 24:12. ¡Cuánto se ha degenerado gran parte de la humanidad! ¡Hasta dónde ha llegado la dureza de corazón y con cuánta frialdad se juega con la vida de otros seres humanos!

La potestad que solo pertenece a Dios se ha obviado, menospreciado y  burlado. Las naciones, los gobiernos, y líderes insensibles se han adjudicado derechos que solo competen al Todopoderoso y Divino Creador. Es Dios el que da la vida y el único que tiene toda la autoridad para volverla a tomar.

Cuando un enajenado plagado de violencia se ensaña con otro hasta permitir que sus pasiones lo dominen llevándole a atentar contra la vida de su prójimo, merece la sentencia de cárcel más severa que tribunal terrenal alguno pueda imponer. Cuando un gobierno, respaldado por leyes crueles e  inhumanas, decide terminar con la vida de un ser humano y ésto, decidido y planificado en pleno uso de su razón sin ningún ápice de sensibilidad, merecería la misma sentencia... doblemente.

La pena de muerte, sea quien sea el sentenciado, no debe tener cabida ni consideración alguna en la cabeza de nadie. Es crueldad, barbarie, falta de humanidad y de sensibilidad el tomar la decisión, no solo de acabar con la vida de alguno, sino el participar y prestarse a observar la tortura y el sufrimiento, cual espectáculo, de quien, por la razón que sea, su vida merece respeto. Por sobre todo eso está el temor a Dios que, en tales casos, brilla por su ausencia; no les importa, por su arrogancia y prepotencia, que sea Dios el juez soberano y al único que le corresponde disponer de la vida. Ignoran que Dios todo lo ve y nada pasa por alto. ¡No saben, no tienen la menor idea de… a Quién están afrentando!

“Dios convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.” Isaías 40:23 24.

¡Pobres líderes ciegos! El poder que se les confiere por la posición que ostentan les ha cauterizado la conciencia y atrofiado la mente y corazón al punto de creerse dioses y dueños del universo a quienes todos tienen que rendir honor y pleitesía. ¿Qué rumbo está tomando el mundo? ¿Hacia dónde se dirige la humanidad? Vemos que paso a paso se va alejando más y más la criatura de su Creador, sin saber, que en esa distancia que va marcando en su caminar, le va, precisamente, la vida.

El tiempo sigue pasando, las generaciones, una tras otra, continúan cambiando y mucha sociedad, que vive mirando y dejando pasar, tomando por bueno todas las atrocidades que al mundo se le ocurre implantar  continúa degradándose y, triste decirlo, pero también, degenerándose.

En el comienzo de un año más, tomemos con seriedad, el hacer resoluciones genuinas, que se alejen de todo egocentrismo, y nos motiven a, no sólo preocuparnos sino, a ocuparnos, para hacer la diferencia en un mundo que se pierde. Aunque se siga multiplicando la maldad, permitamos nosotros, que la llama del amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado, permanezca encendida en todo momento y en todo lugar. Sea este el año en que nos dispongamos, sin reserva alguna, a VOLVER al PRIMER AMOR. ¡Así nos ayude Dios!

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” Apocalipsis 2:7.

Que la Paz y el Amor del Señor te cubran a ti y a los tuyos, tornándose, en este nuevo año y siempre, en el refugio alto en medio de cualquier adversidad. ¡Feliz año 2007!

Por: Zaida C. de Ramón

Enero 2007

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