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Bendición para las Madres
Bendiga el Señor a cada madre, supliendo cada necesidad, dándole la sabiduría necesaria para los embates del diario vivir, llenándole de poder y del Espíritu Santo y contestando todas y cada una de las peticiones que puedan tener ante el trono de la gracia. Yo, como madre también, me hago partícipe de la bendición y la recibo en el nombre del Señor proclamando victoria sobre cada petición que por Fe, declaro contestada. Escuché a cierta persona exhortando a otros a que le digan a sus seres queridos cuánto se les ama, pues no se sabe el tiempo que los tendrán a su lado. Esto, en base a su propia experiencia. Creo que sería de gran bendición el que se adoptara tal práctica, pues como dicen por ahí… la demostración de cariño puede salvar vidas. ¿Qué hubiera sido de nosotros si no hubiéramos recibido el amor de Dios cuando más lo necesitábamos? Porque el amor real, sincero, diáfano y puro, no es un antojo o capricho de algunos…es una necesidad de todos. ¡Dios nos muestra su amor de tantas maneras! Una de ellas: Dar a cada cual una persona en el mundo con la que podemos contar Siempre… Mi mamá solía decir muy acertadamente: “Madre hay sólo una.” Es la que se desvela cuando sus hijos se enferman, la que se preocupa para que cada necesidad sea suplida, la que vela, protege y defiende a sus retoños como nadie, la que deja de comer para que sus hijos coman, la que, a pesar de sus propias batallas, está siempre disponible para atender y amar a cada uno de sus hijos como sólo ella sabe hacerlo. “¡Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” Proverbios 31:10 ¡No hay amor como el de la madre! Sólo el de Dios, que es perfecto, le sobrepasa, pero en la tierra… no hay otro que le iguale. A todas las mamás… ¡MUCHAS FELICIDADES! POEMA: Dulce... el Amor de Madre Por: Zaida C. de Ramón Mayo 2008
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