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Dios te Ve... ¿Cómo sería el comportamiento humano si cada vez que miráramos al cielo viéramos los ojos gigantes de Dios observando cada movimiento nuestro? Muchos caminarían con la cabeza hacia abajo con tal de evadir su mirada. ¿Y si en cada ocasión que alguien esté hablando mal del prójimo, o alimentando pensamientos impuros, maquinando contra otros, o haciendo algo indebido, viera a su lado al tentador con una sonrisa burlona buscando manejar su mente y corazón para dañarle y perderle? Creo que el tal lo pensaría dos veces antes de ceder a tentación alguna. Pues… para aquellos que piensan que, porque ni a Dios ni al diablo les vemos físicamente significa que a ambos les embarga la indiferencia con relación a nuestra manera de ser y de vivir, les tengo noticias… Tanto para Uno como para el otro, cada criatura es sumamente importante. El Buen Pastor, su vida dio por las ovejas; el ladrón está para hurtarlas, matarlas y destruirlas. Juan 10:10-11. Dios amó de tal manera a cada criatura, que envió a su Hijo al mundo para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna. Juan 3:16. El diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar. 1 Pedro 5:8. Dios defiende y protege a los suyos; el diablo está constantemente maquinando para hacer caer y alejar de Dios a cada criatura. La disputa entre ambos por tu alma y por la mía conllevó hace más de 2000 años una batalla tan cruenta que Dios mismo, encarnado en su Hijo Jesucristo, llegó hasta la muerte en la cruz del calvario, consumando la victoria al resucitar 3 días después. “Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” Colosenses 2:15. Jesucristo peleó y ganó la batalla por ti y por mí, haciéndonos más que vencedores. Significa esto, que ahora no depende de Dios ni del diablo pelear por nadie, ahora depende de ti y de mí decidir hacia cual lado nos inclinamos, con quién nos movemos y con quién nos amistamos, a quién obedecemos y servimos, a quién… le creemos. Es la batalla de la FE la que debemos pelear con tesón y firmeza hasta que seamos levantados de esta tierra. Yo no veo con mis ojos físicos a Dios ni tampoco al tentador pero una cosa me basta… mi Dios es real, está en mí y es por mí; Él y yo somos mayoría. Me tiene esculpida en la palma de su mano, me guarda como a la niña de sus ojos y me esconde bajo la sombra de sus alas…. Es mi Defensor y Protector y nadie me arrebatará de su mano. “Si mi Señor es por mí, ¿quién será contra mí? “ Tú tampoco ves a Dios pero... Él te ve a ti. Dondequiera que te metas, Él te ve… Conoce tus movimientos, tus pensamientos, tus intenciones, tu andar, tu reposo… todos tus caminos le son conocidos. El que hizo el oido, ¿no oirá? Y el que formó el ojo, ¿no verá? “Los ojos de Dios están en todo lugar...” Proverbios 15:3 Por: Zaida C. de Ramón Agosto 2009
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