Su Bandera sobre mí es AMOR

El planeta tierra continúa girando y así seguirá hasta que quien así lo determinó decida detenerle. Un año termina; otro comienza; sucesos quedan atrás, otros comienzan a desfilar… experiencias marcando, dejando huellas y elaborando la historia a nivel mundial, nacional, social, familiar y personal. Aún cuando cada época se caracteriza por circunstancias únicas, y cada generación es diferente a la anterior, el proceso de la vida se podría considerar una rutina en todas las áreas, cada cual en su curso según lo establecido por el Creador, ni más ni menos, con la diferencia de que las pautas marcadas entonces fueron traspasadas y alteradas… el hombre pensó que su plan superaba al de Dios y se dio a la tarea de moverse conforme a su propia prudencia… y así todavía.

Dios creó la naturaleza y también a las criaturas, y a uno y a otro les dio vida con el fin de que desde ese momento cada cual siguiera su curso natural y cumpliera así el propósito para lo cual fue creado. En el principio iba de maravilla, todo conforme a lo dispuesto; el Amor de Dios se manifestaba de día en día y la amistad con el hombre era única, hasta que… el engaño, la soberbia y la desobediencia provocaron una alteración en la unidad que hasta entonces se había manifestado entre Dios y el hombre... la relación de amistad con el Dador de la vida, el Dios de AMOR, desapareció. El Amor de Dios permaneció intacto, no así el del hombre hacia Dios. El temor ocupó su lugar llevando a la criatura a alejarse del Creador.

Los seres creados por Dios, subestimando el Amor que hasta entonces habían estado disfrutando, decidieron probar lo que les había sido vedado… nunca imaginaron lo que les aguardaba… tinieblas, sufrimientos, tragedias, muerte y una herencia desgraciada a todas las generaciones que le seguirían. Y todo por menospreciar la amistad y el AMOR de Dios…

La luz que alumbraba su ser se opacó; volvieron las tinieblas a tomar autoridad y a provocar el distanciamiento más abismal jamás pensado entre Dios y el hombre, dejando un vacío imposible de llenar por esfuerzo humano alguno. Desesperanza, confusión, angustia, desesperación por alcanzar lo inalcanzable: la paz y la felicidad…

Dios creó al hombre y a la mujer para establecer con ellos una relación de amistad, criaturas a quienes pudiera manifestar su AMOR. Después de la caída de Adán Dios vio que ningún ser en la tierra, ni uno sólo, era confiable. En su eterno anhelo de relacionarse con el hombre fue que entonces decidió darse Él mismo en la persona de Su Hijo, dejando atrás la maldición por causa de Adán y abriendo un nuevo camino y una nueva vida a través de Jesucristo.

Ya no hay nada más que hacer; lo único posible para acercarnos a Dios y recibir su Amor, ya está hecho. Cuando reconocemos que nuestra necesidad más imperante no puede ser suplida  por ninguna religión, ni por persona, o cosa alguna en el mundo y recurrimos al Único que puede, a Jesucristo, el Salvador… es que nuestra vida comienza a tener significado, sentido y valor. El AMOR verdadero se convierte en nuestro fundamento, nuestra Roca, nuestro Refugio, la llama que mantiene el fuego de nuestro corazón ardiendo para seguir gozando de la amistad con Dios, deleitándonos en la presencia de nuestro Amigo Fiel, el Admirable Príncipe de Paz… ¡JESUCRISTO, Rey de Reyes y Señor de Señores! ¡Su AMOR es deleitable!

"Bajo la sombra del Deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar.
Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue AMOR."
Cantares 2:3-4

Si vives deleitándote en el Dios de Amor gozando cada día de Su presencia, no dejes de agradecerle su gracia y misericordia; anuncia las virtudes de quien te sacó de las tinieblas y te trajo a la luz admirable y sigue permaneciendo en Él. Si aún te encuentras separado o separada del Amor de Dios, moviéndote conforme a tus propios estatutos los cuales reconoces que no te han funcionado... o te has cansado en el camino y vives como si Dios no existiera, ¿Por qué no te animas a considerar el cambio más drástico y radical que jamás hayas experimentado, haciendo la Paz con Dios por medio de Jesucristo, o... prefieres continuar bajo la maldición de Adán viviendo en confusión y desesperanza? ¿La vida o… la muerte? Escoge la vida para que, no solamente existas, sino que vivas…

"En esto se mostró el AMOR de Dios para con nosotros, en que
Dios envió a su único Hijo al mundo, para que vivamos por Él.
Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero."
1 Juan 4:9,19

Por: Zaida C. de Ramón

Enero 2011

 


Exaltando a Jesús

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