En Amores con el Rey

“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” Zacarías 9:9

“¿Quién es este Rey de gloria? El Señor fuerte y valiente, poderoso en batalla. El Señor de los Ejércitos; Él es el Rey de la gloria.” Salmo 24:8,10

¡Imponente, Majestuoso, Único, Maravilloso! Es el Rey de Reyes y Señor de Señores. ¡Y pensar que ese Rey de Gloria es mi Padre Celestial, mi Hermano Mayor, mi Amigo Fiel, mi Buen Pastor, mi Consejero, mi Luz, mi Salvación, mi Fortaleza, mi Gozo, mi Paz! ¡Bienaventurados los que le buscan de corazón! ¡Bienaventurados los que confían en Él!

¿Anhelamos al Rey, o su esplendor? ¿Qué es lo que más nos atrae, el deseo de una relación personal e íntima, o sus riquezas y la majestuosidad de su reinado? ¿Buscamos al Rey para contemplar la hermosura de su rostro y adorarle, o sólo nos mueve lo que Él nos puede dar y hacer por nosotros? ¿Sabemos realmente qué es lo que a Él le agrada?

El Rey de Reyes anhela tener una relación contigo, conmigo y con cada una de sus criaturas. Él busca gente que, como Esther, no están detrás de sus riquezas, sino del deseo de agradarlo, conocerlo y deleitarse en Él. Busquemos su rostro, no sus manos… “Mi corazón ha dicho de Ti: Busca mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Señor, mi Dios, mi Rey.” (Salmo 27:8)

Cualquier relación cuyo fundamento es el interés personal está destinada al fracaso. No busquemos a Dios para que nos resuelva los problemas del mundo; sea Él mismo nuestra motivación, nuestro mayor interés, nuestro más alto anhelo. Mantengamos nuestros ojos y nuestro corazón en Aquel que espera que nos acerquemos a Él, no por lo que nos puede dar, sino por lo que Él es. Ningún deleite en el mundo, ninguno, es más valioso y placentero que el que recibimos en la presencia de JESÚS, el Admirable y Amado Rey de Reyes. El gozo del espíritu no se puede comparar a ningún otro. “En su presencia hay plenitud de gozo...” (Salmo 16:11)

Olvídate de ti y de tus asuntos y alaba y adora al Rey; deléitate en Él y tus cargas serán levantadas. No es el egoísmo lo que garantiza una relación estable y duradera, sino el Amor desprendido y desinteresado; el que no busca lo suyo, ni se goza en la injusticia, sino que se goza en la verdad.  “Porque… fuerte es como la muerte el Amor. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos…” (Cantares 8:6-7)

Los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien; nada les faltará… Nos deleitamos en el Señor y nuestras necesidades son suplidas; las peticiones del corazón son concedidas. Porque Él sacia al alma menesterosa y llena de bien al alma hambrienta. Dios galardona a los que le buscan de todo  corazón. [Salmo 37:4, Salmo 34:10, Salmo 23:1, Salmo 107:9, Hebreos 11:6]

Jamás olvidaré aquel maravilloso día en que le abrí las puertas de mi corazón al Rey de Reyes, al Admirable Salvador que anhelaba mi alma; no buscaba sus dádivas, sino a Él mismo, el Dador de todo bien. Mi espíritu ansiaba fundirse con el Espíritu de Dios, gustar de su Amor y contemplar su hermosura. El vacío que había en mi alma desapareció al llegar el Amor de los Amores. “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela…” (Salmo 42:1) Jesús dijo: "Yo soy el Pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás." (Juan 6:35)

Entré en amores con el Amado y empecé a gustar de su presencia y amistad. Quien viene a Él, Él no le echa fuera. “Bienaventurados, felices, y dichosos son los que confían en Él.” No cambio al Admirable Rey de Gloria por lo más valioso que el mundo pueda ofrecer. ¡Cuán grande y maravilloso su Amor! Cada día en Él es una aventura de vida no imaginada, no soñada, no fabricada; es algo real... Tan real como el aire que respiro. Nada, absolutamente nada en este mundo se puede comparar al Amor indescriptible que recibimos del Amado. Como dice el cántico, es maravilloso pensar ¡cuánto Dios nos ama!

Y si por agradar al Amado Rey, dueño de nuestras almas, encontramos piedras en el camino... depende de lo que hagamos con cada una de ellas. ¿Las devolvemos, erigimos una Pared, o construímos un Puente? Recuerda... Cada cual es el arquitecto de su vida; la fortaleza de tu casa depende del fundamento que la sostiene. "Seguimos corriendo con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en JESÚS..."

“¿Quién nos separará del Amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. Por lo cual estoy seguro/a de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:35-39

Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y su poder; busquen su rostro contínuamente. Salmo 105:1-4

Rebosa mi corazón palabra buena;
dirijo al Rey mi canto;
Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.

Eres el más hermoso de los hijos de los hombres;
la gracia se derramó en tus labios;
por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.

Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente,
con tu gloria y con tu majestad.

Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;
cetro de justicia es el cetro de tu reino.

Salmo 45:1-3,6

Por: Zaida C. de Ramón

Febrero 2014

 


Exaltando a Jesús

Desde mi Escritorio

Vota X este Sitio

 


Copyright © Maran-ata.Net - Todos los Derechos Reservados

Web Site Hit Counters

 Online Users