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Dios creó a la mujer con propósito, uno muy especial: Para que fuera la ayuda idónea para su esposo, la ayuda ideal, la necesaria. Con esa idea en mente, la dotó con todos los atributos físicos, intelectuales y espirituales necesarios para que ésto pudiera darse sin impedimento alguno. "Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada." Génesis 2:23  "El que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová" Proverbios 18:22   

La mujer está para ser de bendición a su marido, a sus hijos si los tiene, a toda su familia y a la sociedad en general. "El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida" Prov. 31:11-12 "La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba." Prov. 14:1 Y el principio de la sabiduría es el temor del Señor ... La mujer que teme al Señor, esa será alabada.

¡Qué ironía y qué frustrante saber que la primera mujer, quien fue formada literal y directamente por las manos divinas, y quien debió haber sido la primera en esparcir bendición, primero a su marido y  luego a sus hijos, se dejó seducir por la serpiente para hacer caer a su esposo y sembrar maldición en las generaciones venideras! ¿Por qué permitió Eva que su sabiduría se tornara en necedad y el temor de Dios se desvaneciera en ella? Nunca lo sabremos con relación a Eva, pero sí podemos evaluarnos a nosotras mismas y descubrir la o las causas por las cuales no siempre vemos en nuestros hogares los resultados que esperamos. ¿Por qué es que no siempre las cosas nos salen bien? ¿Por qué tenemos que enfrentarnos a ciertas situaciones adversas cuando estamos esperando bendición? Hay situaciones que llegan de afuera y todas ellas son para ayudarnos a crecer, pero hay otras que vienen porque nos las buscamos por nuestra falta de sabiduría. "Si a alguno le falta sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada ..." Santiago1:5-6

¡Qué consuelo recibimos y qué hermoso se torna el panorama cuando hacemos memoria de aquella mujer humilde y temerosa de Dios, la cual, habiendo recibido de parte de Dios un mensaje comprometedor para ella, sin pensarlo mucho ni razonar, sino anhelando hacer la voluntad de su Padre Celestial, dijo: "He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a Su palabra".  Y por su obediencia y su temor de Dios hizo historia estableciendo para todas las mujeres un ejemplo digno de imitar. No porque fuera superior, ni que su naturaleza fuera diferente, pues fue igual a todas las mujeres, pero había tomado la decisión de agradar a su Dios, menospreciando la necedad y enalteciendo la sabiduría.  ¡Salve, muy favorecida ... bendita tú entre las mujeres!  Su temor y humildad le ganó el favor delante de Dios siendo escogida entre todas las de su tiempo para ser la primera de las mujeres en llevar a JESUS, el Salvador del mundo, no solamente a su hogar, sino a toda la humanidad.

Es por eso que hoy, en casi todos los hogares donde Cristo ha hecho su entrada triunfal, lo ha hecho de la mano de la mujer. Desde los tiempos de JESUS en la tierra podemos ver cómo las mujeres le recibían en sus casas y se entregaban sin reservas y sin condiciones a servir al Maestro. Fue una mujer la que lo ungió para la sepultura y fue una mujer la primera en verlo cuando resucitó. ¿Casualidad? NO, ¡causalidad! En todo y por todo Dios obra con propósito. La mujer, como vaso más frágil, es una criatura muy especial para Dios, quien se goza en amarla, consolarla y protegerla, como nadie. "Sé fiel hasta la muerte y El te dará la corona de la vida". 

El hogar, donde la mujer se mueve en sabiduría divina, teniendo por principio y estandarte el temor de Dios, se conoce por sus frutos. "Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él, ó de ella." Prov. 2":7  No puede dar frutos buenos un árbol que salió de una semilla no buena. Hay confusión en ésto. Hay mujeres que casi viven en el templo y que no se pierden un culto o una campaña en su Iglesia, y que siempre están dispuestas a decir sí a todo lo que se les requiere, PERO ... sus hogares están en un caos total. Sus hijos están perdidos o casi perdidos, sus matrimonios están al borde del cataclismo ... y esto, por años. Están esperando que un ángel llegue y tome las riendas de su hogar y lo saque del torbellino en que ellas lo han metido por su falta de sabiduría. Llevó a JESUS a su hogar, lo sentó en una silla, enmarcó al Espíritu Santo en una pared y se acuerda de bajarlo cuando va para la Iglesia, pero el tiempo en que está con su familia, se olvida de su insuficiencia e impotencia y trata de resolver todos los asuntos con sus propias fuerzas, habilidades y astucias. De una semilla de altivez, autosuficiencia o incredulidad no podemos esperar bendición. La bendición del Señor es la que enriquece y no añade tristeza con ella.

JESUS entra al hogar de la mano de la mujer para que éste sea edificado, levantado, ordenado y bendecido. Seamos prudentes y sabias y pidámosle a Dios que aumente el temor de El en nuestros corazones, nos haga cada día mas sensibles para dejarnos dirigir siempre por su Espíritu; que podamos sembrar buena semilla siempre de modo que podamos recoger sabrosos frutos en su tiempo. No hay experiencia más hermosa que el crecer en el Señor llevando a nuestros hijos de la mano. Ver cómo ellos también se van desligando de uno en seguridad y agarrándose de la mano del Maestro con fe y confianza, porque han visto y vivido en el testimonio de sus padres que JESUS realmente hace la diferencia. 

Mujer, te exhorto a que dejes de poseer a tu hogar; eso no es tu propiedad, es la propiedad de Dios. Permite que El te llene del Espíritu Santo y de sabiduría y te dirija con paso firme para que puedas ser un canal de bendición empezando por tu hogar y luego con los demás. "Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños" Prov. 27:23  Si JESUS llegó a tu hogar de tu mano, eres la llamada a darle cuentas a Dios por el mismo. Escudriña las Escrituras, ora sin cesar, canta, alaba y dale gracias en todo; deléitate cada día en tu Dios, y verás cómo El contestará las peticiones de tu corazón. 

"Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas." 
Proverbios 31:10

 

Deposita a tu familia en las manos del Señor.  
Ábrele la puerta de tu hogar y recibirás bendición, tú y los tuyos.

   

 

 

 

            

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