El Señor
es mi
Pastor...
Le
pertenezco.
Él es mi
dueño, mi
jefe ...es
mi Señor.
Le
pertenezco
porque me
rescató
por el
precio de
su sangre
derramada
en la cruz
del
calvario
... dio su
vida por
mí. Murió
para que
yo
viviera.
Si así
demostró
cuánto me
amaba, yo
no puedo
menos que
darme a Él
y
seguirle.
"Mis
ovejas
oyen mi
voz, y yo
las
conozco y
me
siguen."
(Juan
10:27).
¿Por qué
sus ovejas
le siguen?
-
Agradecimiento,
es un
refugio
seguro y
hay
necesidad
de
obedecerle. Teniendo
la certeza
de que
nadie les
ama más,
es natural
que,
reconociendo
su
insuficiencia,
debilidad
e
impotencia,
pongan
toda su
confianza
en Aquél
que,
ciertamente,
les guiará
por el
camino que
les
llevará a
lugar
seguro.
Aquellas
que
deciden
apartarse
del buen
Pastor, se
extraviarán
sin
remedio.
Nada me
faltará...
Si
mi Pastor
dio por mí
su vida,
¿Cómo no
me dará
también
con él
todas las
cosas?
(Romanos
8:32)
¿Significa
esto que
ninguna de
sus ovejas
carecerá
en algún
momento de
alguna
cosa? -
Podría
carecer de
una o
varias
cosas
pero, Él
está
presto
para
suplir
todo lo
que falte.
Anhelemos
lo más
alto, lo
más
preciado,
lo de más
valor y
... todo
lo demás
nos vendrá
por
añadidura.
"Mas
buscad
primeramente
el reino
de Dios y
su
justicia,
y las
demás
cosas nos
serán
añadidas."
(Mt.6:33)
En lugares
de
delicados
pastos me
hará
descansar...
Nada
tranquiliza
y da más
seguridad
a las
ovejas que
el ver a
su Pastor
junto a
ellas,
velando,
protegiéndoles
y
dispuesto
a
defenderles
de
cualquier
enemigo
que
intente
asaltar su
seguridad.
La
presencia
de su amo,
dueño y
protector
les calma
más que
ninguna
otra cosa.
La vida
del ser
humano
está llena
de
incertidumbre,
ansiedades,
temores,
etc. pero
en la vida
del
cristiano,
su Pastor
hace la
diferencia.
En medio
de la
turbulencia,
de súbito,
surge el
reconocimiento
de que el
Buen
Pastor
está
presente y
en control
de su
circunstancia,
dispuesto
a cambiar
el
panorama e
impartir
la bonanza
necesaria
a nuestro
ser. El
saber que
Él está a
cargo aún
en medio
de las más
críticas
adversidades,
nos llena
de
consuelo y
descanso.
"En el
mundo
tendréis
aflicción,
pero
confiad,
Yo he
vencido al
mundo."
(Jn.
16:33)
¡Él es
nuestra
paz!
Junto a
aguas de
reposo me
pastoreará...
Ese
descanso,
esa paz,
nos lleva
a
rendirnos
sin
condiciones
ni
reservas
al dueño y
Señor de
nuestra
alma. Sin
resistencia
de nuestra
parte,
permitimos
que el
Buen
Pastor nos
pastoree.
El Señor
no oprime
ni obliga;
Él espera
que,
voluntariamente,
nos
cedamos a
Él
haciendo
así
posible su
dirección
en
nuestras
vidas. Él
es quien
sabe donde
se
encuentran
las aguas
puras y
cristalinas
necesarias
para
nuestro
sustento.
Es ahí
donde
desea
llevar a
su rebaño
para que
su sed sea
saciada.
¿Has
estado
buscando
por
diferentes
medios
cómo
llenar el
vacío que
embarga tu
alma? Deja
de cavar
tus
propias
cisternas
y acude a
la fuente
de agua
que salta
para vida
eterna.
"Si alguno
tiene sed,
venga a Mi
y beba."
(Jn. 4:37)
Confortará
mi alma...
¿Parecerá
extraño
que,
estando
bajo la
guianza y
protección
del
Pastor,
diga el
Salmo que
Él
confortará
el alma
cuando
esto
supone
crisis,
dolor,
sufrimiento,
adversidad,
etc.? -
Ningún ser
humano
está
exento de
problemas
pero, la
diferencia
estriba en
que la
oveja
cuenta con
el refugio
alto que
es su
Pastor
para el
consuelo,
la
fortaleza,
la
disposición
para
seguir
avanzando,
y el
descanso
que
proviene
de la
atención
amorosa de
su Amado,
quien se
esmera en
confortar
a todo
aquel que
se lo
permite.
Cuenta un
ex-pastor
de un
rebaño de
ovejas que
cuando
encontraba
a una de
ellas
abatida,
le hablaba
dulcemente:
"¿Cuándo
vas a
aprender a
mantenerte
de pie?
Por dicha
te
encontré a
tiempo,
bandida! "
Y así
continuaba
hablándole
con
palabras
que
combinaban
la ternura
y el
regaño, la
compasión
y la
corrección.
Observaba
cómo poco
a poco
ésta
recobraba
su
equilibrio
y
comenzaba
a andar
con
seguridad.
Una de las
características
de un buen
pastor es
que ama a
sus ovejas
y, aún,
cuando
tenga que
corregirlas,
lo hace
con amor
...
"Confortará
mi alma".
"¿Por
qué te
abates, oh
alma mía y
por qué te
turbas
dentro de
mí? Espera
en Dios
porque aún
he de
alabarle,
salvación
mía y Dios
mío."
(Salmo
42:5)
Así
cantaba
David en
sus
momentos
de
abatimiento;
jamás se
desesperó
sino que
siempre
confió en
Aquél que
nunca le
había
fallado.
Me
guiará por
sendas de
justicia
por amor
de su
nombre...
¿En
cuántas
ocasiones
intentamos
trazar
nuestro
propio
camino
para, al
final,
reconocer
que
erramos
por
nuestra
imprudencia
y
atrevimiento
de
movernos
sin la
guianza de
Aquél que
es el que
conoce las
sendas que
traerán
bendición
a
nuestras
vidas?
"Fíate del
Señor de
todo tu
corazón, y
no te
apoyes en
tu propia
prudencia.
Reconócelo
en todos
tus
caminos, y
Él
enderezará
tus
veredas."
(Prov.
3:5-6)
Es lo
verdadero,
lo
realmente
valioso,
lo que es
más
importante
para Dios
y lo que
debe de
tener
prioridad
en
nuestros
corazones;
la senda
que nos
lleva a
alcanzarlo
es la que
debemos de
siempre
tomar, por
amor de su
nombre. Si
así
hacemos,
honrando
Su
justicia,
no hay la
menor duda
de que él
también
honrará la
nuestra.
"Encomienda
al Señor
tu camino,
y confía
en Él; y
Él hará.
Exhibirá
tu
justicia
como la
luz, y tu
derecho
como el
mediodía."
(Salmo
37:5-6)
Aunque
ande en
valle de
sombra de
muerte,
no
temeré mal
alguno,
porque Tú
estarás
conmigo...
Desde esta
parte y
las tres
que le
siguen, la
oveja se
dirige
directamente
al Pastor;
dejó de
hablar de
Él ...
ahora
habla con
Él. La
cosa se ha
puesto más
seria y
tiene que
asegurarse
más que en
ninguna
otra
ocasión,
de que
verdaderamente
su Pastor
está
presente
en su
entorno.
El camino
por
recorrer
de aquí en
adelante
es más
áspero,
más
irregular,
más
escabroso
y necesita
acercarse
a su
Pastor
como
nunca.
Es hermoso
cuando, en
momentos
de
dificultad,
podemos
confiar
plenamente
en la
protección
divina, lo
que hace
que todo
temor que
intente
tocarnos
se
desvanezca.
"El
perfecto
amor, echa
fuera el
temor."
(1
Juan4:18)
El saber
que el
amor de
Dios para
con
nosotros
es una
realidad,
impartiendo
y
dejándonos
sentir Su
presencia,
nos llena
de paz y
regocijo,
por lo que
nuestra
fortaleza
se torna
más firme
para
permanecer
en
victoria.
Tu vara
y tu
cayado me
infundirán
aliento...
La
vara es el
arma, a
manera de
bastón, de
lo que se
vale el
pastor
para
defenderse
a sí mismo
y defender
a sus
ovejas;
también la
usa para
dirigir al
rebaño y
castigar a
cualquiera
que
intente
desviarse.
Es símbolo
de
autoridad
y poder
puesto en
sus manos.
Manteniendo
el control
de su
rebaño de
esta
manera,
supone
para las
ovejas
seguridad
y aliento.
¿Te has
visto ante
una
situación
crítica de
improviso,
y no la
relacionas
con tu
autosuficiencia,
orgullo o
capricho
de hacer
tu
voluntad?
Si eres
parte del
redil del
Buen
Pastor, no
dudes que
podría ser
parte de
la
disciplina
que Él
aplica a
sus hijos
que ama.
La
disciplina
es parte
fundamental
del amor
del Padre
hacia sus
hijos.
"Hijo mío,
no
menosprecies
la
disciplina
del Señor,
ni
desmayes
cuando
eres
reprendido
por Él;
porque el
Señor al
que ama,
disciplina,
y azota a
todo el
que recibe
por hijo."
(Hebreos
12:5-6)
Aderezas
mesa
delante de
mí
en
presencia
de mis
angustiadores...
Así como
las ovejas
están
expuestas
a los
ataques de
los
enemigos
que les
acechan,
velando
cada
movimiento
para
atacar en
el momento
más
oportuno,
también
las ovejas
del Buen
Pastor
cuentan
con un
enemigo
común y
sus
instrumentos
... "un
león
rugiente
buscando a
quien
devorar."
Nuestro
Pastor no
ignora
cada treta
y cada
maquinación
que pueda
estar
elaborándose
para
afectar a
alguna de
sus
ovejas; Él
conoce y
está al
tanto de
cada
movimiento
del
enemigo y
siempre se
las
ingenia
para
advertirnos
y
prepararnos
y darnos
la salida
para salir
airosas.
Solo que
estemos en
sintonía
con Él
para poder
captar en
el momento
el aviso
de Su
parte.
Son muchas
las
experiencias
que hemos
vivido de
cómo se
deshacen
los planes
del
enemigo y
sus
secuaces
delante de
nuestros
ojos
poniéndolos
en
vergüenza
y
recordándoles
cada vez
que ...
"El que
está en
nosotros
es mayor
que el que
está en el
mundo."
(1Jn. 4:4)
y
"Si Dios
es por
nosotros,
¿quién
contra
nosotros."
(Rom.
8:31)
Unges
mi cabeza
con
aceite; mi
copa está
rebosando...
Las moscas
y los
insectos
son las
plagas que
más atacan
en el
tiempo del
verano al
rebaño.
Especialmente
el área
nasal es
invadida
por
ciertos
parásitos
convirtiendo
esto en
una
tortura
para la
oveja que
sea
afectada.
De
diversas
maneras
tratan las
ovejas de
liberarse
consiguiendo
así
agravar su
condición.
Algunas
corren
tanto que
caen
exhaustas.
Solo
cuando el
pastor, al
primer
indicio de
moscas en
el rebaño,
les aplica
antídoto
compuesto
de aceite
y otros
ingredientes,
ungiendo
su cabeza
y sobre la
nariz,
protegiéndoles,
es que se
realiza
una
transformación
en su
comportamiento.
La
inquietud
se
convierte
en bonanza
y pueden
nuevamente
pacer
tranquilamente.
En la vida
del
cristiano
también
hay
"veranos
llenos de
moscas en
el
ambiente",
buscando
donde
hacer su
nido.
"Despojémonos
de todo
peso y del
pecado que
nos asedia
...
puestos
los ojos
en Jesús
..."
No hagamos
de una
leve
lluvia una
tormenta;
aprendamos
a echar
fuera todo
pensamiento
contrario
antes de
que se
apodere
con
fuerza; no
permitamos
que las
zorras
pequeñas
dañen
nuestra
viña.
También en
nosotros
la
medicina
es la
unción del
aceite, la
unción
efectiva
del
Espíritu
de Dios.
Pero para
que el
efecto
permanezca,
la unción
debe de
permanecer.
"No os
embraguéis
con vino
en lo cual
hay
disolución;
antes bien
sed llenos
del
Espíritu."
(Efesios
5:18)
Es cuando
la unción
hace su
efecto,
que
sentimos
plenamente
la
libertad
con que
Cristo nos
hizo
libres.
Entonces
podemos
confesar
ciertamente
que ...
"Mi copa
está
rebosando."
Ciertamente
el bien
y
la
misericordia
me
seguirán
todos los
días de mi
vida...
Tener
la certeza
de que
cada día
por
delante
estará
rodeado de
bien y
misericordia,
nos da la
seguridad
de que
nuestro
futuro
está en
las
mejores
manos.
En este
tiempo de
tanto
conflicto,
tanta
violencia
y tanta
maldad, el
saber que
somos
guardados
por el
Pastor de
los
pastores
de
cualquier
tempestad
que
intente
azotar,
nos llena
de
tranquilidad
y
descanso.
Nuestra fe
se crece y
el
agradecimiento
a nuestro
Pastor,
por tantas
bondades,
permanece.
"A mis
ovejas yo
les doy
vida
eterna; y
no
perecerán
jamás, ni
nadie las
arrebatará
de mi
mano."
(Juan
10:28)
En la
casa del
Señor
moraré por
largos
días...
Nuestra
vida con
nuestro
Amado
sigue por
la
eternidad.
Nos espera
una
mansión
donde nos
gozaremos
en Su
presencia
por
siempre.
Le veremos
cara a
cara y,
eternamente;
Él será el
objeto de
nuestra
adoración
permanente
la cual,
por encima
de todas
las otras
cosas,
debemos de
comenzar
aquí en la
tierra.
¿Perteneces
a este
redil? Si
aún no te
has
añadido al
rebaño más
privilegiado
que existe
sobre la
faz de la
tierra, el
Pastor te
dice:
"Yo soy la
Puerta; el
que por mí
entrare,
será
salvo; y
entrará y
saldrá y
hallará
pastos."
(Juan
10:9)
Tengo
que
testificar
que este
Salmo es
una de las
medicinas
de las que
echo mano
cuando mi
cuerpo se
ha visto
afectado
por
ciertos
síntomas y
siempre ha
sido
efectiva;
nunca me
ha
fallado.
Meditar en
este Salmo
visualizando
cada
escena
presentada,
viéndote a
ti mismo/a
como la
oveja
amada,
guardada,
protegida
y dirigida
por su
Pastor, es
lo más
reconfortante
que puede
experimentar
ser humano
alguno. He
sido
sanada en
infinidad
de
ocasiones
confesando
los versos
de sanidad
y
meditando
en el
Salmo 23 y es la
receta que
doy a todo
el que me
participa
su queja,
síntoma o
aflicción.
Si sientes
que la
ansiedad,
la
preocupación,
el temor,
la
inseguridad,
etc.,
pretenden
enseñorearse
de tu
entorno,
echa mano
de este
Salmo y
verás que
la paz del
Señor hará
su entrada
triunfal
para darte
la
victoria.
"Tú
guardarás
en
completa
paz a
aquel cuyo
pensamiento
en Ti
persevera,
porque en
Ti ha
confiado."
(Isaías
26:3). Haz la
prueba y
te
garantizo
que
vivirás
una
hermosa
experiencia. Desde
luego,
tienes que
ser parte
del redil
del Buen
Pastor.
¡Dios te
bendiga!
En este
artículo
usamos de
referencia,
a manera
de
información
y guía,
el Libro:
La Vida en
el Redil"
cuyo autor
es,
Phillip
Keller.
Amor Verdadero
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