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Nuestro Corazón
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¡Cuántas veces nos ha engañado nuestro
corazón! Hemos comprobado que la Biblia dice la verdad cuando habla
de lo engañoso que es. ¡Cuántas veces hemos dicho que nunca más
haríamos tal cosa, y a las veinticuatro horas ya la hemos hecho de
nuevo! Un hombre puede creer que ha podido llegar hasta el fondo de
su corazón, pero ha de encontrar que hay profundidades que aún no
ha podido sondear. Lutero solía decir que tenía más miedo a su
propio corazón que al Papa y a todos sus cardenales.
N ingún
engaño puede durar por siempre
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Abraham Lincoln
solía decir que es posible engañar a todos durante un tiempo, a
algunos todo el tiempo, pero que no es posible engañar a todos todo
el tiempo. La muerte misma ha de revelar el engaño si éste no ha
sido descubierto antes; y la pobre víctima se ha de encontrar,
desnuda, en la presencia de un Dios que no puede ser burlado.
Lo que siembres, eso segarás
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Un día el amo de Lukman, un fabulista oriental,
le envió a que sembrara cebada. Lukman fue y sembró avena. En la
época de la cosecha, cuando el amo vio que estaba creciendo la
avena, le pidió una explicación al esclavo. Lukman le dijo que
había sembrado avena, en la esperanza de que cosecharía cebada. El
amo entonces le dijo que debía estar loco, a lo que Lukman le
respondió:
- Tú mismo, señor mío, continuamente estás sembrando en el mundo
la semilla del mal, y sin embargo, esperas en el día de la
resurrección recoger el fruto de la virtud. Por eso creí que
sembrando avena podría cosechar cebada.
¿Por qué no tenemos empleados
honrados?
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Un comerciante me dijo hace poco: -¿Por qué
será que hoy no podemos conseguir empleados honrados? Yo le
contesté que no sabía las causas, pero que podrían ser estas:
Cuando los comerciantes les enseñan a sus empleados que digan que
ciertas telas son de pura lana cuando son mitad algodón, o les
hacen que adulteren los comestibles y luego afirmen que son puros,
es muy difícil que el personal sea honrado. Mientras los patrones
sigan enseñándoles a sus empleados que hagan pasar como artículos
importantes cosas que no lo son, tendrán empleados deshonestos. No
estoy hablando novelas. Digo la verdad. No es una cosa poética. Es
muy prosaica y muy solemne. el hombre tiene que cosechar lo que
siembra.
No es necesario conocer la maldad
.Un barco había encallado en el río
Mississipi, y el capitán no podía zafarlo. Por fin llegó un joven
que le dijo:
- Capitán, tengo entendido que usted necesita un piloto que lo
saque de este apuro.
- Así es. ¿Es usted piloto?
- Sí, señor.
- ¿Conoce usted todos los peligros, y los bancos de arena?
- No, señor.
- Entonces, ¿cómo piensa sacarnos de aquí si no sabe donde
están?
- Es que sé donde no están, señor Capitán.
La escalera era un sueño
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Un hombre soñó que había construido una
escalera que iba de la tierra al cielo, y que cada vez que hacía
alguna buena acción, la escalera subía un par de metros. Cuando
hacía alguna cosa extraordinaria, la escalera subía aún más, y
cuando daba grandes sumas de dinero, más todavía. Después de un
tiempo, ya era tan alta que no se veía la parte superior, perdida
entre las nubes. El hombre creyó que cuando le llegara la muerte,
subiría su escalera y entraría directamente al paraíso. Pero
escuchó una voz del cielo que decía: "El
que sube por otra parte, el tal es ladrón y robador."
.
En eso se cayó escalera y todo, y se despertó. Vio que si quería
ser salvo, debía serlo por otro camino y no por el de las buenas
obras. Y entonces tomó el camino único, el Señor Jesucristo.
El esposo rico
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Había una modesta empleada en una de las grandes
tiendas de Chicago que no podría haber gastado ni cinco dólares,
tan pobre era; pero al día siguiente podía entrar a cualquier
negocio y comprar por valor de mil dólares. ¿Por qué la
diferencia? Se había casado con un hombre rico. Lo había aceptado,
y todo lo que él tenía era de ella. Así nosotros podemos tener
todas las riquezas de Cristo, si le recibimos como nuestro Salvador.
Algo nuevo
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Muchas personas creen que la Biblia es un libro
atrasado que ya pasó a la historia. Dicen que estaba bien para los
tiempos remotos, y que contiene algunas páginas históricas de
interés, pero que no sirve para hoy; que vivimos en el siglo de las
luces, y que hemos adelantado tanto que se puede vivir sin la
Biblia.
.
Lo mismo sería decir que el sol, que ha brillado por tanto tiempo,
es ya tan viejo que es una cosa atrasada; o que cuando un hombre
construye una casa, ya no debe ponerle ventanas desde que hemos
descubierto la luz eléctrica. Yo les aconsejo a quienes piensan que
la Biblia es demasiado vieja y que está fuera de moda, que no
pongan ventanas en sus casas, sino que alumbren estas con luz
eléctrica, ya que lo que buscan es lo novedoso.
Ver el Evangelio
he
visto el evangelio. Conozco a
un hombre que era el terror del pueblo; era esclavo del opio, y más
peligroso que una bestia feroz. Pero cambió totalmente. Ahora es
bondadoso y suave en el trato, y ha dejado de fumar opio.
No
hace falta leerlo
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Muchas personas dicen que es necesario escuchar
las dos campanas, pero si una persona me dirigiera una carta
calumniosa acerca de mi mujer, creo que no sería necesario que yo
la leyese; la haría mil pedazos y arrojaría los trozos al viento.
¿Es necesario que yo lea todos los libros ateos que se escriben,
para conocer los dos lados de la cuestión? ¿Tengo tiempo para
levantar un libro que calumnia a mi Señor que me ha redimido con su
preciosa sangre? Mil veces no. Me niego a tocarlo siquiera.
La opinión de Polibio
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Polibio dice que aunque el hombre es considerado
como el más sabio de todos los seres, a él le parece el más
necio. Cuando un animal ha sufrido, se cuida de no volver al lugar
donde tuvo el sufrimiento. El zorro no vuelve a la trampa, ni el
lobo tampoco. Pero el hombre vuelve a los mismos pecados, y no
acepta palabras de advertencia hasta que está completamente
arruinado.
Una buena definición
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A un humilde trabajador se le preguntó qué
medios usaba para seguir caminando en sendas de obediencia.
Contestó:
- Me llegué hasta el Salvador, me recibió, y nunca le dije,
"Adiós."
El águila envidiosa
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Había dos águilas. Una de ellas podía volar
más alto que su compañera, y a la otra, ésto no le gustaba nada.
Entonces, la menos capaz, habló un día con un cazador y le pidió
que volteara a su rival. El tirador le dijo que lo haría si tuviese
algunas plumas adecuadas para usarlas de flechas. Entonces el
águila arrancó dos plumas de sus alas y se las entregó. El
cazador disparó sus flechas pero no logró alcanzar al águila, que
volaba demasiado alto. La compañera envidiosa siguió arrancándose
plumas hasta que al fin se sacó tantas que ya no pudo volar, y el
cazador la mató. Mi amigo, mi amiga, si sufres de envidia, la única
persona a la cual harás daño es a tí mismo(a).
Fe mal dirigida
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Cuántas veces oimos que alguien dice: -Hay un
miembro de la iglesia que me estafó en cinco dólares, y por eso no
quiero más trato con gente que dice ser cristiana.
.
Si el hombre tuviese realmente fe en el Señor Jesucristo, es muy
difícil que esa fe la perdiera porque alguien le robara cinco
dolares. ¿No les parece? Lo que precisamos es tener fe en el
Señor. Cuando el hombre la tiene, posee un ancla firme que ha de
sostenerlo en la hora de tentación y de prueba. Si solo tenemos fe
en los hombres, por cierto que sufriremos grandes desilusiones.
Al pan, pan
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Una señora me dijo, una vez: -Me he acostumbrado
a exagerar tanto las cosas, que no sé que hacer. ¿Puede usted
ayudarme?
Entonces le dije: -La próxima vez que usted mienta de esa manera,
vaya inmediatamente a la persona a la cual le ha mentido, y confiese
su pecado. Eso es lo que tiene que hacer.
- Es que no me gusta que usted le llame mentira
a mi exageración.
Pero mentira era. Si tu cristianismo no hace que cambie tu
carácter, no vale absolutamente nada.
El mundo te dejará a tí
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Un hombre me dijo hace un tiempo: -Señor Moody,
ahora que me he convertido, ¿tendré que dejar el mundo?
Le contesté: -De ninguna manera. Usted no tiene que dejar el mundo.
Pero si su testimonio cristiano es bien claro, el mundo lo va a
dejar a usted, y muy pronto.
La mayor necesidad
alimento.
¿Qué necesita un hombre sediento? ¿Acciones en la bolsa? No.
Necesita agua.
Y cuando obramos con sinceridad y decisión, y necesitamos el pan
del cielo y el agua de la vida, no hemos de detenernos hasta
conseguirlos.
Los pecadores en bancarrota
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Muy pocas personas creen que están completamente
perdidas. Pocas veces se encuentra uno con un pecador que está en
bancarrota. La mayoría de ellos cree que puede pagar setenta y
icinco
céntimos por dólar; otros que pueden pagar noventa y nueve
céntimos. Creen que si les falta un poquito, el Todopoderoso ha de
completar el total de alguna manera.
.
No permitas que satanás te engañe haciéndote creer que eres tan
bueno que no precisas de la gracia de Dios. Somos malos, muy malos,
todos los hombres.
La memoria
a
memoria, los recuerdos. Y
creo que si bajáramos al infierno, encontraríamos que lo que allí
es más terrible son los recuerdos que tienen las almas perdidas,
que una vez escucharon el evangelio, que tuvieron la oportunidad de
ser salvas, y que rechazaron a Cristo.
Haz el bien hoy
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Había un señor que siempre le decía a su
sirviente que iba a acordarse de él en el testamento. El sirviente
estaba muy contento, pues creía que algún día recibiría una
herencia. Cuando murió el patrón, los deudos encontraron que según
el testamento, el sirviente, cuando falleciera, tendría el honor de
ser sepultado en el panteón familiar. Eso era todo. El pobre hombre
hubiese estado mucho más conforme con diez dólares en vida.
.
Si deseas hacer el bien a alguna persona, hazlo hoy. Hoy es el
tiempo de obrar.
Cristianos que nadan en dos aguas
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Durante la guerra civil, los estados que estaban
en la frontera fueron los que más sufrieron. Había muchas personas
que trataban de quedar bien con ambos bandos. Tenían las dos
banderas, y de acuerdo con la situación del momento izaban una u
otra, y daban vivas a uno u otro ejército. ¿Sabes lo que les
sucedió? Fueron despreciados por ambos ejércitos, y sus casas
fueron arrasadas.
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Entre los cristianos, la gente más despreciable es aquella que se
parece a esos habitantes de la frontera. Tratan de vivir para dos
mundos distintos, y nunca se sabe dónde están parados.
El Testamento de Cristo
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¿Has pensado alguna vez en el hecho de que
cuando Cristo estaba en la cruz, hizo su testamento? Tal vez has
pensado que nadie se acordó jamás de tí en un testamento. Si
estás en el Reino, alguien se acordó de tí. Cristo te recordó en
su testamento. Legó su cuerpo a José de Arimatea. Legó su madre a
Juan, hijo de Zebedeo. Legó su Espíritu al Padre. Pero a sus
discípulos les dijo: "Mi paz os dejo; ese es mi legado. Mi
gozo les doy" "Mi gozo." ¡Piensa en eso! "Mi
paz." ¡No nuestra
paz, sino su paz"!
¿Quién nos justifica?
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¿Quién nos justifica? Dios. Y sería muy
extraño que Dios, después de justificarme, me acusara de alguna
cosa. La palabra "justifica" es tan hermosa que cuesta
creerla. Con razón Lutero sacudió el mundo cuando se dio cuenta de
que el justo por la fe vivirá. ¿Sabes lo que quiere decir
"justificado"? Quiere decir que puedo pararme delante de
Dios sin mancha ni arruga, sin pecado. Es volver a la época
pre-edénica. Dios mira su libro de cuentas y dice:
- Moody, no tengo ninguna cuenta en contra de tí. Todas han sido
pagadas por Otro.
Un poco todos los días
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De la misma manera que es imposible que un hombre
coma lo suficiente en un día para que le dure seis meses, es
imposible que un hombre reciba en un día suficiente gracia para el
futuro. Debemos ir extrayendo día tras día de la fuente inagotable
de gracia que Dios nos da, a medida que nos haga falta.
La Humildad
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La lección más difícil de aprender es la
humildad. No se enseña en los colegios humanos sino en la escuela
de Cristo. Es el más raro de los dones. Pocas veces encontramos a
un hombre que sigue de cerca las pisadas del Maestro en mansedumbre
y humildad. Creo que aprender a ser humildes fue la lección más
difícil que recibieron los discípulos del Señor aquí en la
tierra. Jesús no dijo, "Aprended de mí, que soy el más
grande de los pensadores de este siglo. He hecho milagros como
ninguno. He demostrado de mil maneras mi poder sobrenatural."
No, la razón que dio fue:
"Porque soy manso y
humilde de corazón."
La Promesa más preciosa
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Hace algunos años un amigo me pidió que le
dijera cuál era, a mi juicio, la más preciosa entre todas las
promesas que nos dejó el Señor. Estuve mucho tiempo pensando, y al
fin no pude decidirme. Me encontré en un caso parecido al de un
padre de familia que no sabe a cuál de sus hijos quiere más. Los
ama a todos. Pero, si no es la mejor, la promesa siguiente es una de
las más dulces:
"Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar."
Con vergüenza de confesar a Cristo
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Durante la guerra civil me llamó la atención
que hombres, que sin vacilar iban a los lugares más peligrosos de la
batalla, no tenían la valentía necesaria para abrir sus Biblias y
leerlas de noche en el campamento. Tenían vergüenza del evangelio
de Cristo, que es poder de Dios.
Cosas más importantes que la gramática
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Un crítico demasiado celoso le dijo a Moody que
no debería hablar en público, ya que cometía tantos errores
gramaticales. Moody le contestó:
- Sé que cometo muchos errores, y que me faltan muchos
conocimientos, pero hago lo mejor que puedo. Vea amigo, usted que
conoce bien la gramática: ¿cómo la está empleando para Jesús?
La necedad de hacer imágenes
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Un cuadro o una imagen de Dios tiene que rebajar
nuestro concepto de Él. Nos limita a una idea, mientras que debemos
crecer en gracia y en conocimiento. Hace de Dios un ser finito. Lo
rebaja a nuestro nivel. Esta costumbre ha dado origen a los
horribles ídolos indios y chinos. Como bien lo dice el Dr.
McClaren: "El buscar la ayuda de los sentidos como aliados del
espíritu es cosa harto peligrosa. Tienden a luchar para obtener la
propia supremacía, y la historia de todos los cultos ceremoniales y
simbólicos es una prueba de que el experimento, las más de las
veces, termina con la sensualización de la religión, y no con la
espiritualización de los sentidos.
El valor del crucifijo
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Dice el Dr. Dale, hablando del crucifijo:
"Hace que nuestra adoración y nuestras oraciones sean
irreales. Estamos adorando a un Cristo que no existe. El Señor ya
no está sobre la cruz, sino sobre el trono. Sus sufrimientos han
pasado para siempre. Se ha levantado de entre los muertos. Está a
la diestra de Dios. Si oramos a un Cristo moribundo, no estaremos
orando a Cristo mismo, sino a un mero recuerdo de Él. El daño que
ha hecho el crucifijo a la vida del cristianismo, al fomentar un
culto patológico e irreal, es incalculable. Nos ha dado un Cristo
muerto en lugar de un Cristo vivo; un Cristo del cual nos separan
muchos siglos, en lugar de un Cristo que está junto a nosotros.
Honra a tu padre y a tu madre
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Una mujer muy pobre pudo enviar a su hijo a la
Universidad. Cuando estaba por graduarse, el muchacho le escribió
una carta a su madre pidiéndole que asistiera a la ceremonia. Pero
ella le dijo que no podía ir porque tenía un solo vestido,
bastante viejo. El hijo le aseguró que lo del vestido viejo no le
importaba. Lo que quería era que estuviese ella.
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Por fin la señora hizo el viaje. El día de la entrega de diplomas,
el joven entró al salón de actos con su madre, y le buscó uno de
los mejores asientos. Mucho se sorprendió la anciana cuando supo
que el hijo era el mejor alumno de su clase; y cuando el muchacho
recibió el premio, descendió del escenario y delante de todo el
público reunido besó a su madre y le dijo:
- Toma, mamá, este premio es tuyo. Si no hubiese sido por tí,
jamás lo hubiera sacado.
Gracias a Dios por hombres de esta clase.
Métela en tu corazón
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"En
mi corazón he guardado los dichos para no pecar contra tí."
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es
meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos
tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es
tenerla en el corazón.
Siempre recibe y nunca da
Como hermanos siameses
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La envidia y el robo son como hermanos siameses.
A menudo van muy juntos. Podríamos agregar la mentira, y ya serían
trillizos. El envidioso es un ladrón en potencia. Cuando ve una
cosa que desea, y se le presenta la oportunidad de apoderarse de
ella, pronto se manifiesta como lo que es: un ladrón.
¿A qué categoría perteneces?
quiero,
aquellas que dicen,
no quiero,
y aquellas que dicen,
no puedo.
Las primeras triunfan en todo, las segundas se oponen a todo, y las
terceras fracasan en todo.
Hay que arrojar el lastre
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Cuando los aeronautas suben en un globo, llevan
consigo bolsas de arena llamadas lastre. Cuando se quieren elevar,
las arrojan fuera del globo. Así es en la vida cristiana. Si
deseamos elevarnos más cerca del cielo debemos arrojar la arena y
desprendernos de todas las pesas inútiles. Mientras no lo hagamos,
no podremos elevarnos.
Las pequeñas zorras
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Escuchemos a Hudson Taylor: "Cuan numerosas
son las pequeñas zorras. Situaciones comprometedoras, desobediencia
a la voz de Dios, pequeñas satisfacciones dadas a la carne. Y ...
¿el resultado? ... Que son sacrificados la belleza y el fruto de la
viña.
El ideal de un padre cristiano
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Dios me ha dado tres hijos, y desde su nacimiento
he tratado de llevarlos a Cristo. Preferiría que fuesen cristianos,
a que fuesen dueños de todas las riquezas del mundo. Prefiero la
satisfacción de haber tratado de llevarlos a Cristo, a poseer todas
las riquezas de la tierra.
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