En la narrativa bíblica se dice que Jesús, al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor (Mt.9:36) y saliendo, vio una gran multitud de la cual tuvo compasión, y sanó a los que estaban enfermos. (Mateo 14:14) Esto son solo dos (2) ejemplos en los que el Señor tuvo compasión y misericordia con las gentes. Tratando con los necesitados en todas formas y maneras Él sanó al enfermo, libertó al cautivo, perdonó a sus enemigos, consoló al afligido y perdonó al pecador. Hoy, nuestro Señor sigue haciendo lo mismo, pues Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos, y la condición del hombre, por la vida que lleva, requiere que se le tenga compasión.

Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran (Romanos 12:15) y sobrellevad los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:12). El Señor se identificó con el sufrimiento del ser humano, y te llama para que tú también seas consolado y sanado en tu necesidad y tengas compasión con tus semejantes como Él la tuvo. Pero para eso necesitas recibirlo como tu Salvador y Señor; una vez lo hagas, su amor será derramado en tu corazón y podrás compadecerte de los demás.

Deja que el Carpintero te reconstruya; permite que te haga de nuevo, y habrás de manifestar la compasión y el amor que de Él recibas.

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La mayor Demostración de Amor, que jamás se ha visto,
es la Eterna SALVACIÓN que Dios nos da en Jesucristo

Si te gustan los placeres, yo te enseñaré el mejor.
Vé a Jesús tal como eres, y gozarás, si tú quieres,
EL PLACER de un triunfador.