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Pacientemente
esperé al Señor,
y se inclinó a mí y oyó mi clamor.
Y me
hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña,
y enderezó mis pasos.
Puso
luego cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y
temerán, y confiarán en el Señor.
SALMO
40:1-3
No te
impacientes a causa de los malignos,
ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Porque
como hierba serán pronto cortados,
y como la hierba verde se secarán.
SALMO
37:1-2
No
perdáis, pues, vuestra confianza, que
tiene grande galardón; porque os es necesaria
la paciencia, para que habiendo hecho la
voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
HEBREOS
10:35
Mirad
cómo el labrador espera el precioso
fruto de la tierra, aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Tened
también vosotros paciencia, y afirmad
vuestros corazones;
porque la venida del Señor se acerca.
SANTIAGO
5:7-8
Como
parte del diario vivir hay momentos en que es necesario esperar y
tolerar y debemos de hacerlo pacientemente. Son tantos y por
diferentes razones a lo largo de nuestra vida, que la persona que no
se disponga a entender esto y a disciplinarse en esta área se verá
afectada sin remedio. Es la paciencia el antídoto para el afán y
ansiedad y tan necesaria, que con ella, dice la Escritura, ganaremos
nuestras almas. Entremos en la paz que resulta de la paciencia y
disfrutemos a plenitud las oportunidades que se nos presentan de día
en día para ejercitarla. "La prueba de nuestra fe produce ...
Paciencia" (Santiago 1:3) |
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más personas serán edificadas.
Gracias. ¡Dios te bendiga!
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