En el cielo del Señor
sólo se hablará un idioma.
Sabéis cuál es EL AMOR;
que como sencilla flor
nos llenará con su aroma.
Allá todos hablaremos
el dulce y bello lenguaje
que sin saber aprendemos
cuando a Dios obedecemos:
cuando damos su Mensaje.
Y al llegar a Su
Presencia,
al final de nuestros días,
con magistral elocuencia
cantaremos Su Clemencia
en eterna melodía.