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                                        Reflexión 1 
                
																Para el hombre natural el amor de Dios es un enigma… mientras más trata de entenderlo más lejos está el poder descifrarlo; y es que… se espera que Dios ame como ama el hombre, lo que es de todo punto imposible. El amor de Dios no erige barreras, no establece condiciones, no hace acepción de personas, no tiene prejuicios, no se gana, no se compra ni se vende. Es el único Amor que lo da todo a cambio de nada. El amor humano se fundamenta en los sentimientos… te amo si me amas, te doy si me das, te secundo si piensas como yo, te favorezco si creo que lo mereces, etc. Y al darse la ofensa, hasta ahí llegó el amor. Es el egoncentrismo, la antítesis del verdadero Amor, lo que dicta las pautas en el corazón del hombre.  El Amor verdadero viene de lo alto y excede a todo conocimiento; no se puede medir ni comprender con la mente humana por inteligente, generosa o amorosa que la persona se considere; ni siquiera lo podemos describir con palabras. ¡Es inefable el Amor de Dios!  Podemos amar verdaderamente cuando conocemos a Dios a través de Jesucristo. ¡Dios es el Amor! Ese Amor que es malinterpretado, criticado y enjuiciado, simplemente, porque no se conoce. ¿Cuántos reniegan del Amor de Dios al llegar las adversidades a su entorno, cuando ocurren tragedias? ¿Cuántos están dispuestos a amar aún a sus enemigos? ¿Cuántos bendicen a los que le ofenden, hacen bien a los que le aborrecen y oran por los que le persiguen? Es incomprensible el Amor de Dios; nunca deja de ser… Dios se despojó de su único Hijo en la manifestación de Amor más grande y jamás vista en la historia de la humanidad para que tú y yo vivamos… en abundancia y eternamente. Su Tesoro más preciado lo dio sin reparo, y todo, por Amor a los que no le amaban. ¡No tiene medida el Amor de Dios!  ¿Amar como Dios ama? En eso nos va la vida… Y como Dios no espera que demos lo que no tenemos, le plació entonces derramar su Amor en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado… Dios amando a través de todo aquel y aquella que reconoce su necesidad de salvación y acepta a Jesús como su Señor y Dios. Celebrar la Navidad es celebrar el Amor de Dios; es conmemorar la magnitud de ese Amor enviado al mundo en la persona de su Hijo Jesús... el regalo más valioso, necesario, completo y perfecto... el que no cambia ni se agota, sino, que permanece para siempre. De la misma manera que abres tus manos para recibir los regalos materiales, abre tu corazón para que recibas el que no cuesta, no quita, ni daña, sino, que añade, edifica y construye… aquí en la tierra y por toda la eternidad. ¡Es maravilloso el Amor de Dios! Dile adiós al pasado con su amargura, odio y rencor, sed de venganza gratuita y sin razón por motivos que sólo existen en tu mente y corazón y toma hoy la decisión de cambiar de dueño conociendo el verdadero AMOR... el de Dios. La Paz y el Gozo serán tu galardón. ¡Conmemora y celebra la Navidad lleno o llena del AMOR de Dios! “El amor es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El AMOR nunca deja de ser.” 1 Corintios 13 “El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es AMOR.” 1 Juan 4:8 
																
																 
                                        Reflexión 2 
																algunos 
                                                                corazones se 
                                                                tornan más 
                                                                sensibles y más 
                                                                dispuestos a 
                                                                evaluar el 
                                                                derrotero que 
                                                                han estado 
                                                                siguiendo 
                                                                durante el año. 
                                                                Hay quien se 
                                                                detiene a 
                                                                reflexionar 
                                                                buscando 
                                                                enmendar aquello 
                                                                que requiere un 
                                                                cambio, ya sea 
                                                                por las 
                                                                consecuencias 
                                                                que han 
                                                                enfrentado, por 
                                                                la 
                                                                insatisfacción 
                                                                de no ver unas 
                                                                metas realizadas 
                                                                o porque han 
                                                                creado 
                                                                conciencia de 
                                                                que su manera de 
                                                                ser necesita una 
                                                                transformación. Por 
                                                                la naturaleza de 
                                                                la época 
                                        
                                        Estos 
                                        valientes 
                                        recurren a la introspección buscando 
                                        analizar el ser interior para enderezar 
                                        lo que ha estado torcido y fuera de 
                                        control. Muy 
                                        acertadamente, 
                                        llegan a realizar que no depende de los 
                                        demás, ni de 
                                        las situaciones que rodeen
                                        su entorno, 
                                        sino de cada cual lograr una vida de más 
                                        calidad. 
                                        
                                        No pongas tu esperanza en un cambio de 
                                        circunstancias o en aquellos que te 
                                        rodean. Verás la luz brillar cuando 
                                        realices que 
                                        ese cambio debe de comenzar en ti. ¡Señor, cámbiame a mí!  
                                        El cambio comienza cuando tomamos la 
                                        decisión de cambiar de rumbo, salir de 
                                        las tinieblas y entrar a la Luz 
                                        admirable. 
                                        Con la ayuda del Señor podrás entonces 
                                        disfrutar de una nueva mente y nuevo 
                                        corazón. ¿Quieres renovar tu 
                                        entendimiento? Comienza por proponerte 
                                        el hablar conforme a las Palabras de 
                                        Dios para que tu Fe sea edificada y 
                                        puedas vivir una vida victoriosa. A 
                                        continuación una lista de citas bíblicas  
                                        te llevarán a reflexionar sobre el poder 
                                        de las palabras que salen de tu boca... 
                                        Reflexionespor: 
                                        Zaida S. Colón-Ramón 
																
																 
                                        NUNCA más... 
                                                                  
                                        
                                        Nunca más confesaré: No puedo, porque...Todo lo puedo en Cristo que me 
                                        fortalece. Fiipenses 4:13
                                        
                                        Nunca más confesaré: Pobreza, porque...Mi Dios suplirá todo lo que me falta 
                                        conforme a sus riquezas en gloria en 
                                        Cristo Jesús. Filipenses 4:19
                                        
                                        Nunca más confesaré: Temor, porque...Dios no me ha dado un espíritu de 
                                        cobardía, sino de poder, de amor y de 
                                        dominio propio. 2 Timoteo1:7
                                        
                                        Nunca más confesaré: Duda y Falta de Fe, 
                                        porque...Dios ha dado a todos una medida de Fe. 
                                        Romanos 12:3
                                        
                                        Nunca más confesaré: Debilidad, 
                                        porque...El Señor es la fortaleza de mi vida. 
                                        Salmo 27:1
                                        
                                        Nunca más confesaré que: Satanás 
                                        gobierna mi vida, porque...Mayor es el que está en los hijos e 
                                        hijas de Dios, que el que está en el 
                                        mundo. 1Juan 4:4
                                        
                                        Nunca más confesaré: Derrota, porque...Dios siempre me lleva en triunfo en 
                                        Cristo Jesús. 2 Corintios 2:14
                                        
                                        Nunca más confesaré: Falta de 
                                        entendimiento, porque...Dios ha hecho que Cristo sea nuestra 
                                        sabiduría. 1 Corintios 1:30
                                        
                                        Nunca más confesaré: Enfermedad, 
                                        porque...Jesús mismo tomó mis enfermedades y 
                                        llevó mis dolencias. Mateo 8:17.     
                                        Y, por su llaga fuimos nosotros curados. 
                                        Isaías 53:5
                                        
                                        Nunca más confesaré: Pesares y 
                                        Frustraciones, porque...Echo toda mi ansiedad sobre El, porque 
                                        El tiene cuidado de mí. 1Pedro 5:7
 Con Cristo soy libre de preocupaciones.
                                        
                                        Nunca más confesaré: Esclavitud, 
                                        porque...El Señor es el Espíritu, y donde está el 
                                        Espíritu del Señor allí hay libertad. 
                                        2Corintios 3:17. ¡Mi cuerpo es el templo 
                                        del Espíritu Santo!
                                        
                                        Nunca más confesaré : Condenación, 
                                        porque...Ninguna condenación hay para los que 
                                        están en Cristo Jesús, los que no andan 
                                        conforme a la carne sino conforme al 
                                        Espíritu. Romanos 8:1. Yo estoy en 
                                        Cristo, por lo tanto, soy libre de 
                                        condenación.
 
                                        Esta Lista de Nunca Más fue tomada 
                                        del Libro: "Lo que dices, Recibes"Autor: Don Gossett
 
																
																
																 
																
                                                                
                                                                Frases Célebres 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  En el corazón 
                                                                  de todos los 
                                                                  inviernos vive 
                                                                  una primavera 
                                                                  palpitante, y 
                                                                  detrás de cada 
                                                                  noche, viene 
                                                                  una aurora 
                                                                  sonriente.
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Khalil Gibran
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  ¡Qué pequeñas 
                                                                  son nuestras 
                                                                  manos para 
                                                                  recibir todo 
                                                                  lo que Dios 
                                                                  quiere darnos! 
                                                                  Anónimo. 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Si ayudo a una 
                                                                  sola persona a 
                                                                  tener 
                                                                  esperanza, no 
                                                                  habré vivido 
                                                                  en vano.
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Martin Luther 
                                                                  King
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Una de las 
                                                                  alegrías de la 
                                                                  amistad es 
                                                                  saber que hay 
                                                                  alguien en 
                                                                  quien confiar.
                                                                  
                                                                  Alessandro 
                                                                  Manzoni
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  La verdad es 
                                                                  lo que es, y 
                                                                  sigue siendo 
                                                                  verdad aunque 
                                                                  alguien piense 
                                                                  lo contrario. 
                                                                  Antonio 
                                                                  Machado 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Quien está 
                                                                  seguro de lo 
                                                                  que habla, no 
                                                                  encuentra 
                                                                  razones para 
                                                                  levantar la 
                                                                  voz. Leonardo 
                                                                  Da Vinci
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Si los seres 
                                                                  humanos han 
                                                                  nacido con dos 
                                                                  ojos, dos 
                                                                  orejas y una 
                                                                  sola lengua es 
                                                                  porque se debe 
                                                                  escuchar y 
                                                                  mirar dos 
                                                                  veces antes de 
                                                                  hablar. 
                                                                  Marquesa de 
                                                                  Sévigné
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Enseñemos a 
                                                                  perdonar; pero 
                                                                  enseñemos 
                                                                  también a no 
                                                                  ofender. Eso 
                                                                  es más 
                                                                  eficiente. 
                                                                  José 
                                                                  Ingenieros 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  La mejor 
                                                                  manera de 
                                                                  olvidarte de 
                                                                  tus propios 
                                                                  problemas es 
                                                                  ayudar a otros 
                                                                  a resolver los 
                                                                  suyos. Anónimo
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Quien a Dios 
                                                                  tiene, nada le 
                                                                  falta. Sólo 
                                                                  Dios basta. 
                                                                  Teresa de 
                                                                  Jesús
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Lo que 
                                                                  embellece al 
                                                                  desierto y lo 
                                                                  hace 
                                                                  interesante es 
                                                                  que en alguna 
                                                                  parte esconde 
                                                                  un pozo de 
                                                                  agua. Antoine 
                                                                  de 
                                                                  Saint-Exupery
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Nuestro gran 
                                                                  error es 
                                                                  intentar 
                                                                  obtener 
                                                                  virtudes que 
                                                                  no se tienen, 
                                                                  y desdeñar el 
                                                                  cultivo de las 
                                                                  que se poseen. 
                                                                  Marguerite 
                                                                  Yourcena
                                                                  
                                                                  
                                                                  A veces 
                                                                  estamos tan 
                                                                  ocupados 
                                                                  sumando 
                                                                  nuestros 
                                                                  problemas que 
                                                                  nos olvidamos 
                                                                  de contar 
                                                                  nuestras 
                                                                  bendiciones. 
                                                                  Anónimo
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Las riquezas 
                                                                  ordinarias 
                                                                  pueden ser 
                                                                  robadas; las 
                                                                  verdaderas, 
                                                                  jamás. Oscar 
                                                                  Wilde 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  El que nunca 
                                                                  ha fracasado 
                                                                  es porque 
                                                                  nunca ha 
                                                                  intentado algo 
                                                                  nuevo. Albert 
                                                                  Einstein
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Lo grande en 
                                                                  este mundo no 
                                                                  es tanto dónde 
                                                                  estamos, sino 
                                                                  hacia cual 
                                                                  dirección nos 
                                                                  movemos… 
                                                                  debemos 
                                                                  navegar, en 
                                                                  ocasiones con 
                                                                  el viento y 
                                                                  otras veces en 
                                                                  contra del 
                                                                  viento… pero 
                                                                  siempre seguir 
                                                                  una ruta y no 
                                                                  ir a la 
                                                                  deriva. Oliver 
                                                                  Wendell 
                                                                  Holmes, Jr
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Prométete a ti 
                                                                  mismo/a el ser 
                                                                  tan entusiasta 
                                                                  con el éxito 
                                                                  de los demás 
                                                                  como lo eres 
                                                                  con el tuyo. 
                                                                  Christian 
                                                                  Larson
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Una palabra de 
                                                                  aliento en un 
                                                                  momento de 
                                                                  fracaso vale 
                                                                  más que una 
                                                                  hora de 
                                                                  elogios 
                                                                  después del 
                                                                  éxito. Anónimo
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Ansiamos ver 
                                                                  ese momento en 
                                                                  que el poder 
                                                                  del amor 
                                                                  reemplace el 
                                                                  amor por el 
                                                                  poder. 
                                                                  Entonces 
                                                                  conocerá el 
                                                                  mundo la 
                                                                  bendición de 
                                                                  la paz. 
                                                                  William 
                                                                  Gladstone
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Todo aquello 
                                                                  que nos irrita 
                                                                  de los demás 
                                                                  puede 
                                                                  llevarnos a 
                                                                  entendernos a 
                                                                  nosotros 
                                                                  mismos. Carl 
                                                                  G. Jung
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  El hombre que 
                                                                  quiera dirigir 
                                                                  la orquesta 
                                                                  deberá dar la 
                                                                  espalda a la 
                                                                  multitud. Max 
                                                                  Lucado 
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Tu vida 
                                                                  cambia, si 
                                                                  cambia tu 
                                                                  corazón. Max 
                                                                  Lucado
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Debemos ser lo 
                                                                  suficientemente 
                                                                  grandes para 
                                                                  aceptar los 
                                                                  errores, lo 
                                                                  suficientemente 
                                                                  sabios para 
                                                                  aprender de 
                                                                  ellos y lo 
                                                                  suficientemente 
                                                                  valientes para 
                                                                  corregirlos. 
                                                                  John C. 
                                                                  Maxwell
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Un buen 
                                                                  ejemplo es 
                                                                  mucho mejor 
                                                                  que un buen 
                                                                  precepto. 
                                                                  Moody
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  La oración es 
                                                                  una expresión 
                                                                  tan natural de 
                                                                  la fe como el 
                                                                  respirar lo es 
                                                                  a la vida. 
                                                                  Jonathan 
                                                                  Edwards
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  El futuro es 
                                                                  tan brillante 
                                                                  como las 
                                                                  promesas de 
                                                                  Dios. A. 
                                                                  Judson
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  Para retener 
                                                                  el respeto de 
                                                                  uno mismo, es 
                                                                  mejor 
                                                                  desagradar a 
                                                                  la gente 
                                                                  haciendo lo 
                                                                  que uno sabe 
                                                                  que está bien, 
                                                                  antes que 
                                                                  agradarle 
                                                                  haciendo lo 
                                                                  que uno sabe 
                                                                  que está mal. 
                                                                  
                                                                  
                                                                  W. Boetcker
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  
                                                                  El que nunca 
                                                                  cambia su 
                                                                  opinión, nunca 
                                                                  corregirá sus 
                                                                  errores y 
                                                                  jamás será más 
                                                                  sabio mañana 
                                                                  de lo que es 
                                                                  hoy. 
                                                                  
                                                                  T. Edwards
                                                                  
                                                                   
																  
																  
																
                                                                
                                                                 
 
																
																 
                              
                                      "He 
                  aqui os doy nuevas de gran gozo:Que os 
                  ha nacido hoy, en la ciudad de David,
 un 
                  Salvador, que es CRISTO el Señor."
 Lucas 2:10-11
 
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